REDACCIÓN DEPORTES.- Los Boston Celtics, con una tremenda actuación en equipo, liderada por Jaylen Brown, Jayson Tatum y Marcus Smart, levantaron la voz en su casa, el TD Garden, y doblegaron por 116-100 este miércoles a los Golden State Warriors en el tercer partido de las finales de la NBA para tomar ventaja 2-1.
El equipo de Ime Udoka, que había pagado los 18 balones perdidos con una dura derrota en el segundo partido, los limitó a doce en la noche del Garden, en la que el dominicano Al Horford y Robert Williams dominaron en la pintura y ayudaron a que los Celtics capturaran 58 rebotes, dejando solo 38 a sus rivales.
A los Warriors no les bastaron los 31 puntos de Steph Curry, con seis triples, ni los 25 y cinco triples de Klay Thompson, que incrementó notablemente sus porcentajes en tiros, sin premio para el equipo de Steve Kerr.
Había advertido Jaylen Brown de que su prioridad era saltar a la pista a jugar, sin fijarse en presiones o provocaciones rivales, y su comienzo no pudo ser mejor. Arrancó con dos triples consecutivos y enseñó el camino a los Celtics con 17 puntos en el primer período, con un tres de cuatro en triples.
En un Garden completamente teñido de verde, y hambriento de gloria tras una espera de doce años para ver a su equipo de nuevo en unas Finales, Brown y Horford dominaron los compases inicial. El dominicano, primer finalista de la NBA de su país, se lució con un gran trabajo defensivo.
No tardó en saltar la primera chispa con Draymond Green, increpado toda la noche por la afición del Garden. Un contacto irregular de Grant Williams aumentó la tensión y los Warriors, al ritmo de Wiggins, Klay Thompson y Curry, tardaron pocos segundos en dar una señal a sus rivales. El propio Curry colocó a su equipo a siete puntos de distancia y fue mérito de la competitividad de Horford y Brown si los Celtics consiguieron frenar esa reacción e irse al descanso con doce valiosos puntos de renta (68-56).
Los Celtics estuvieron casi tres minutos sin anotar y ante unos Warriors en los que Curry seguía hurgando a placer en la herida de los rivales, sin dejarse afectar por los problemas de faltas, ya cuatro con más de nueve minutos por jugar en el tercer período.
Marcus Smart y Grant Williams contuvieron ese empuje y mantuvieron por delante a los suyos (93-89) hasta el cuarto período. Considerado el ocho de 32 del parcial, fue una victoria para los de Udoka. Les mantuvo con confianza y ánimo para encarar el parcial decisivo, en el que emergió el alma competitiva de los locales.
El 9-2 para abrir el cuarto final, con triples de Smart y un tremendo compromiso en la pelea en la pintura, volvió a cargar de entusiasmo al Garden y a poner doble dígitos de distancia con los Warriors. Una diferencia que no consiguieron cerrar, terminando el partido con victoria para Boston.