Redacción Internacional, – Varios representantes de la sociedad civil cubana de dentro y fuera de la isla y expertos internacionales participaron este lunes en Miami en la primera reunión de una comisión encargada de elaborar un plan de transición que esté listo ante de que «el régimen caiga en Cuba».
La Comisión de Apoyo a la Transición Cubana, creada a instancias de la Asamblea de la Resistencia Cubana (ARC), comenzó su trabajo creando seis subcomisiones: seguridad y defensa, recuperación económica, asuntos electorales, asuntos jurídicos, educación democrática, solidaridad con el exilio y asistencia médica.
Orlando Gutiérrez, líder del Directorio Democrático Cuba y coordinador de ARC, insistió al inicio de la reunión en que el objetivo de esta iniciativa es «apoyar» al pueblo de Cuba que se levantó el 11 de julio de 2021 y, pese a la «represión», no ha cesado en sus esfuerzos por «recuperar la soberanía».
Ninguno de los numerosos oradores del acto, celebrado en la sede de los veteranos de la fallida invasión de Bahía Cochinos, hizo conjeturas acerca de cuándo se podría producir la «caída de la dictadura» a la que seguiría la transición para la que están haciendo planes, pero mostraron su convencimiento de que tarde o temprano «Cuba será libre».
ACUERDOS BÁSICOS
Según quedó establecido, la comisión va a trabajar teniendo como guía el Acuerdo por la Democracia en Cuba suscrito en 1998 por organizaciones opositoras de dentro y fuera de la isla y ratificado en 2018.
El punto de partida es un plan básico elaborado por el mexicano-checo Fredo Arias King, un especialista de renombre internacional en las transiciones de los países del Este de Europa tras la caída de comunismo.
Se trata, como dijo Gutiérrez, de establecer las bases para los primeros 18 a 24 meses después de que Cuba deje de estar bajo un sistema político que «está en guerra contra su propio pueblo».
Dos puntos generales en los que hubo consenso es que la democracia debería llegar lo antes posible a Cuba, lo que significa convocar elecciones libres cuanto antes, y que la nueva política económica debería tener como meta sacar de la pobreza al mayor número de personas en el menor tiempo posible.
Arias King destacó algo que está incluido en el «plan básico de transición cubana»: los países más exitosos en una transición hacia la democracia son «los que más cortaron de tajo con las élites y prácticas del régimen anterior».
El experto parafraseó al desaparecido Vaclav Havel, primer presidente democrático de la entonces Checoslovaquia tras la caída del muro: «prefiero inexperiencia temporal a sabotaje permanente».
El opositor Jorge Luis García Pérez «Antúnez», exiliado en Miami después de haber pasado 17 años en la cárcel en Cuba, dio su propia receta, «cero reformas, cero reconciliación y cero perdón», y aclaró que no está «pidiendo sangre sino justicia».
También dijo que si la transición en la URSS se hubiera hecho como él propone para Cuba, seguramente Vladímir Putin no sería hoy el presidente de Rusia ni Ucrania estaría bajo las bombas rusas.
NO A LAS REFORMAS DEL SISTEMA, SÍ A LOS CAMBIOS
En nombre de los opositores en Cuba, Guillermo Fariñas, premio Sájarov, que dijo representar también en esta reunión a Berta Soler, líder de las Damas de Blanco, aseguró que no van a claudicar en sus planteamientos porque con «la democracia de Cuba no se juega» .
«Vamos a seguir en la intransigencia», subrayó y advirtió de que van a surgir voces en favor del diálogo promovidas por el Gobierno cubano con el único fin de seguir en el poder.
El jurista mexicano René Bolio, que lidera el Frente Hemisférico por la Libertad, defendió que desde el punto de vista de la justicia no se puede salvar nada de lo que hay actualmente en Cuba, ni las leyes fundamentales ni el sistema judicial, que está «contaminado» y al servicio del poder político.
Bolio recomendó cuando se produzca la transición volver en principio a la Constitución de 1940.
El abogado Marcell Felipe, de la fundación Inspire America, destacó que para que se dé una recuperación económica se necesitará seguridad jurídica que haga a Cuba «confiable» y mencionó que los programas de microcréditos iniciados en Bangladesh podrían ser implantados en Cuba para crear micro y pequeñas empresas.
Felipe sugirió que se podría incentivar a los militares cubanos a participar en la transición y apuntó que en Sudáfrica, cuando se pasó del «apartheid» a la democracia, quedó demostrado que la admisión de culpabilidad es más importante que el castigo.
El exministro boliviano Carlos Sánchez Berzaín, del Instituto Interamericano por la Democracia, opinó que en el siglo XXI todos los países son capitalistas, de economía globalizada y sumidos en la revolución digital y lo que los diferencia es si sus Gobiernos velan por los derechos humanos y la libertad del individuo.
Horacio García, del Consejo por la Libertad de Cuba, que estará a cargo de la subcomisión de asuntos electorales, opinó que la futura ley electoral de la isla deberá ser «sui generis» y garantizar que un campesino de la isla tenga las mismas posibilidades de aspirar a un cargo electivo que «un millonario cubano en el exilio».