Santo Domingo, RD – El yate ruso Flying Fox se encamina a cumplir un mes paralizado en aguas de la República Dominicana, debido a una cooperación internacional solicitada por los Estados Unidos, nación que tiene una investigación abierta contra los dueños de la lujosa embarcación.
La lujosa embarcación de 136 metros de eslora y 5.6 metros de calado, debió salir del país el pasado 25 de marzo, pero las investigaciones iniciadas por agentes del Departamento de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (Homeland Security Investigations, HSI) y autoridades aduaneras dominicanas, mantienen retenida su salida, y no han informado hasta cuándo.
Desde el Gobierno dominicano se había informado que el yate estaba detenido porque se estaba haciendo la investigación y llamó a esperar los resultados de la misma, pero adelantó que si no se encuentran hallazgos que riñan con las normativas nacionales, el resultado será liberar esa embarcación.
De acuerdo con información relacionada a la investigación del caso, el Flying Fox es propiedad del magnate ruso Dmitry Kamenshchik.
Mientras tanto, la embarcación sigue siendo un atractivo para muchos dominicanos, debido a su gran tamaño y lujo, lo que los atrae a tomarse foto frente a la imponente estructura del Flying Fox.
Sobre la investigación
De acuerdo con información relacionada a la investigación del caso, el Flying Fox es propiedad del magnate ruso Dmitry Kamenshchik, pero también guarda relación con otras personas investigadas por los Estados Unidos debido a su supuesta participación directa en escandalosos actos de lavado de dinero y evasión fiscal a escala mundial, usando las famosas compañías “Offshore”.
En diferentes partes del mundo, la Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos han retenido grandes y lujosos yates que pertenecen a multimillonarios rusos. Esto, después de que se desataran los ataques de Rusia hacia Ucrania.
En los países en los que se han retenido esas embarcaciones, se ha utilizado el mismo argumento de que son investigados por presunto lavado de activos, como en el caso del Flying Fox, en República Dominicana.