-Viktor Orbán aseguró hace dos semanas al Papa que Vladimir Putin tiene un plan para acabar la guerra el 9 de mayo, lo ha revelado el pontífice en una entrevista.
«Cuando me reuní con Orbán, me dijo que los rusos tienen un plan y que el 9 de mayo todo terminará. Espero que sea así», revela el Papa Francisco, dijo además que eso explicaría la prisa de la escalada de estos días, y que hora ya no es solo el Donbass: es Crimea, Odessa, y quitarle a Ucrania el puerto en el Mar Negro.
En una conversación con Lucio Fontana, director del diario italiano, Francisco se muestra pesimista, y dice que ha intentado reunirse con Putin en Moscú. Asegura que en marzo la Santa Sede propuso a Rusia un viaje del Papa a Moscú, pero aún no han recibido respuesta.
«Después de 20 días de guerra, solicité al cardenal Pietro Parolin que hiciera saber a Vladimir Putin que estoy dispuesto a ir a Moscú. Obviamente, era necesario que el líder del Kremlin concediera alguna ventana. Todavía no hemos recibido una respuesta y seguimos insistiendo, aunque temo que Putin ni puede ni quiere celebrar este encuentro en este momento», lamenta el Papa.
Está convencido de que estratégicamente no es el momento de viajar a Kiev. «Tengo que ir a Moscú primero, tengo que reunirme con Putin primero», asegura.
En la entrevista el Papa sugiere que «los ladridos de la OTAN a las puertas de Rusia», desencadenaron la ira de Putin, -«una ira que no sé decirle si fue provocada, pero quizá sí que ‘facilitada’».
El obispo de Roma reconoce que él mismo llamó a Volodímir Zelensky pocas horas después de la invasión, pero que no ha llamado al presidente ruso. En su lugar, «quise hacer un gesto claro que todo el mundo pudiera ver y por eso fui a ver al embajador ruso. Les pedí que me explicaran lo que estaba pasando y les dije ‘por favor, basta’», asegura.
En su análisis de la situación, el Papa dice «un estado libre no puede hacer la guerra a otro estado libre». «En Ucrania, han sido los otros los que crearon el conflicto. Lo único que se achaca a los ucranianos es que reaccionaron en el Donbass, pero estamos hablando de hace diez años. Ese argumento es viejo», explica. Compara la guerra actual con la de Ruanda, aunque no menciona la palabra genocidio. «Estamos atentos a lo que pueda ocurrir ahora en Transnistria», añade.
Francisco evita responder a la cuestión de si es legítimo suministrar armas a Ucrania, pero asegura que en este campo de batalla se están testando armas, «como se hizo en la guerra civil española antes de la Segunda Guerra Mundial».
Da también nuevos elementos de su reunión por Zoom con Kirill, patriarca de Moscú. El encuentro duró 40 minutos. En la primera parte, el líder ruso leyó un documento con las razones que supuestamente justificaban la invasión. «Hermano, nosotros no somos clérigos del Estado, no podemos usar el lenguaje de la política, sino el de Jesús. Somos pastores del mismo pueblo santo de Dios. Por eso debemos buscar caminos de paz, detener el fuego de las armas», le respondió el Papa.
Ahora además Francisco pide al líder de los ortodoxos rusos que no se convierta en el «monaguillo de Putin», y han cancelado de común acuerdo el encuentro que tenían previsto celebrar en Jerusalén el 14 de junio para no dar una señal ambigua.