REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El etíope Tedros Adhanom Ghebreyesus ha sido reelegido este martes como director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS). El primer africano en dirigir el organismo ha logrado en la asamblea anual de la agencia de la ONU un segundo mandato de cinco años en un voto secreto que era visto como una mera formalidad, ya que era el único candidato en haberse presentado para el puesto. Nadie más quería desafiarle en un momento de tantas dificultades tras dos años de pandemia.
Su reelección llega después de que Tedros, de 57 años, haya encabezado la organización durante la etapa más turbulenta de su historia, en la que le han llovido muchas críticas por el liderazgo de la emergencia sanitaria. Donald Trump cortó la financiación por considerar que había gestionado mal la pandemia y de tener un sesgo político favorable a China.
Otros le acusaron de haber subestimado de la gravedad de la Covid-19 y de haber sido cómplice del encubrimiento de Pekín. Pero tampoco gusta del todo en China, después que recientemente haya criticado la política de “cero covid” aplicada por el régimen, que está combatiendo un nuevo brote con unos confinamientos durísimos en metrópolis con millones de habitantes. El portavoz del Ministerio de Exteriores chino, Zhao Lijian, tachó sus palabras de irresponsables.
Especialista en malaria, diplomado en inmunología y doctor en salud comunitaria, Tedros fue ministro de Sanidad y jefe de la diplomacia de su país. En la apertura de la 75 Asamblea Mundial de la Salud, que reúne los estados miembros de la organización en Ginebra, el director general se definió a sí mismo como “un niño de la guerra”, recordando su infancia marcada por tener que esconderse bajo la cama de los proyectiles. Ahora mismo su labor está también centrada en las guerras en Ucrania y Yemen, y ha visitado los hospitales bombardeados ucranianos. “La paz es esencial para la salud”, dijo.
Su nuevo mandato comenzará oficialmente en agosto y ya no podrá ser renovado, de acuerdo con las normas internas de la OMS. Su principal desafío será reforzar la agencia con más financiación para prevenir y gestionar mejor las pandemias en el futuro.
«El mundo necesita una OMS más fuerte, más empoderada y mejor financiada», aseguró el etíope durante su discurso ante más de un centenar de ministros de sanidad de todo el mundo. “Ha habido numerosos llamamientos a cambiar la organización, y no hay duda de que ésta necesita cambiar”, reconoció.