REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El Día contra el Trabajo Infantil, el 12 de junio, nos recuerda que los niños y niñas deben estar jugando y aprendiendo, no trabajando.
El trabajo infantil priva a los niños y niñas de su derecho a la educación y el juego, los expone a abusos y violencia, refuerza ciclos de pobreza y profundiza la inequidad social.
Los avances para erradicar el trabajo infantil se han estancado por primera vez desde hace 20 años y se ha invertido la tendencia hacia la disminución del trabajo infantil, que venía registrando una importante disminución de 94 millones de 2000 a 2016. La COVID-19 y el consiguiente cierre de escuelas no está sino abocando a más niños y niñas a esta situación.
Trabajo infantil no es cualquier tarea realizada por un niño. Son labores que exigen muchas horas de dedicación, para las que son demasiado jóvenes, que ponen en riesgo su salud y bienestar, que les roban tiempo de juego y que les apartan de la educación.
Existe una gran dificultad de contar con datos reales; no hay registros de la actividad de niños y niñas, con lo cual se invisibiliza esta situación, dificultando la toma de medidas por parte de los gobiernos.
El trabajo infantil en cifras
- 160 millones de niñas y niños de entre 5 y 17 años trabajan. Casi la mitad (79 millones) están realizando trabajos que ponen en riesgo su salud y sus vidas.
- Entre los niños y niñas que realizan trabajos peligrosos, el aumento es de 6,5 millones.
- Las cifras de las llamadas peores formas de trabajo infantil (trata o reclutamiento para conflictos armados) podrían ser mayores de las que se estiman en la actualidad.
- Los datos indican que se ha invertido la tendencia hacia la disminución del trabajo infantil que se venía registrando en los últimos 20 años. Por primera vez, se produce un aumento que se centra en los niños y niñas de 5 a 11 años. Con la COVID-19 estas cifras pueden crecer en 9 millones más.
- En África subsahariana el incremento llevó a 16,6 millones de niños más a realizar trabajo infantil en los últimos cuatro años. Se han conseguido avances en la reducción del trabajo infantil en el período 2016-2020 en América Latina y el Caribe, así como en Asia y Pacífico, pero han sido insuficientes para equilibrar el aumento en la región africana.
- Para finales de 2022 cerca de nueve millones de niños más corren el riesgo de verse abocados a la realización de trabajo infantil como consecuencia de la pandemia. Esa cifra podría aumentar a 46 millones si no se adoptan medidas de protección social.
- La ausencia de escolarización incide más en las niñas y niños de más corta edad. 28% de los niños de 5 a 11 años en trabajo infantil no están escolarizados, un tercio en el tramo de 12 a 14 años.
- El trabajo infantil se da con más frecuencia en el caso de los niños que en el de las niñas, con independencia de su edad. Ahora bien, las niñas están en una situación de invisibilidad realizando trabajo doméstico, muchas veces en condiciones de amenaza.
- El trabajo infantil en zonas rurales (14% de la población infantil) es casi tres veces más frecuente que en zonas urbanas (5%).