Fue sepultado en el cementerio Las Mercedes de San Francisco de Macorís, provincia Duarte, el niño Maikel Esmil Castro Álvarez, de un año y 10 meses, quien murió ahogado en una cubeta con agua en un centro Caipi.
Tras la sepultura, ya en el hogar familiares conversaron con Diario Libre, pronunciaron palabras de marcado dolor y desconsuelo por la perdida de quién aseguran era la alegría de la familia.
Sus padres Kaileny Álvarez y Manuel Castro, quienes están devastados por la perdida trágica de su hijo más pequeño de tres procreados como pareja, lamentaron lo que consideran se trató de una negligencia del personal de servicio del Caipi Pueblo Nuevo.
«Me duele el alma, yo siento que no me cuidaron mi hijo, porque fue un descuido, si me le hubieran puesto atención mi hijo no estaría muerto. Yo no descuidaba mi hijo en mi casa, desde que me levantaba desconectaba la nevera, mi hijo nunca se me cayó de la cama, porque hasta almohadas le ponía», expresó en llantos la madre del infante.
Agregó que «cuando me llamaron me dijeron que mijo había tenido un inconveniente nunca pensé que era que me lo habían dejado morir, porque se supone que ahí estaba bien cuidado. Lo que más me duele es que yo cuidaba mi hijo y ellos no me lo pudieron cuidar».
Otros parientes del menor pidieron investigación transparente sobre la muerte.
«Ellos llamaron que fueran, que el niño murió supuestamente ahogado en una cubeta de agua, ellos si una persona lleva un niño para irse a trabajar», señaló Carlino Antonio Álvarez Monegro, abuelo del niño.