Redacción Internacional.- El jefe de Estado libanés, Michel Aoun, abandonó el palacio presidencial la víspera de que expire su mandato sin que haya un sucesor designado, lo que agrava el bloqueo político del país, en pleno hundimiento económico.
Aoun abandonó el palacio de Baabda a pie, dirigiéndose a cientos de seguidores mientras sonaba el himno nacional.
Antes de su salida, el presidente firmó un decreto que elimina la posibilidad de que el primer ministro dimisionario dirija el país de forma interina.
La decisión del jefe de Estado, cristiano maronita según el reparto de poder vigente en este pequeño estado multiconfesional, llega después de que el primer ministro Najib Mikati, musulmán sunita, lleve meses tratando de formar gobierno sin éxito por divergencias con el partido de Aoun.
Mikati dimitió tras las legislativas de primavera y fue elegido de nuevo por los diputados para formar gobierno.