El Cairo.- Un total de 11 niños han muerto víctimas de bombardeos en diferentes regiones del Yemen como consecuencia de la escalada de ataques desde el fin de la tregua entre las partes beligerantes el pasado 2 de octubre, informó la ONG Save the Children.
El último ataque conocido tuvo lugar este pasado domingo en una calle residencial de Taiz, en el suroeste del Yemen, que se saldó con el fallecimiento de un niño de tres años y su padre, mientras que otros cuatro menores sufrieron amputaciones de algunas de sus piernas o metralla en abdomen.
Esta ONG alertó en un comunicado que el número de muertes de niños relacionadas con la guerra en el Yemen aumentó a 11 desde el final de una tregua de seis meses.
Según Save the Children, en septiembre no se registró ningún deceso infantil.
En referencia a los últimos niños fallecidos, la directora de Save the Children en el Yemen, Rama Hansraj, dijo «estar horrorizada por otro acto imprudente de violencia armada que afecta a los niños en Taiz«, especialmente por las amputaciones de extremidades como consecuencia de minas terrestres y otras armas explosivas.
El acuerdo de paz auspiciado por la ONU ha llevado al período más largo de paz relativa en el país desde que el conflicto estallara en el Yemen en 2014.
Durante estos seis meses de tregua «fue alentador ver que las bajas infantiles se redujeron significativamente», aseveró Hansraj.
Sin embargo, lamentó que «ahora estamos viendo cómo el fracaso de las partes en el conflicto se traduce en sufrimiento infantil».
Save the Children insta a las partes en conflicto a volver a comprometerse con un proceso para lograr la paz y para que la comunidad internacional aborde la creciente impunidad y la falta de justicia para las víctimas mediante el restablecimiento de un mecanismo de rendición de cuentas internacional, independiente e imparcial.
El conflicto yemení estalló cuando los rebeldes ocuparon Saná y otras provincias del país y expulsaron al presidente, Abdo Rabu Mansur Hadi, hoy exiliado en Arabia Saudí.
Riad y sus aliados árabes intervienen militarmente en el conflicto desde marzo de 2015 para tratar de derrotar a los rebeldes chiíes hutíes, apoyados por Irán, y restituir al dirigente exiliado.