REDACCIÓN SALUD.- Cuidar de nuestra salud mental es igual de importante que velar por nuestra salud física. Hay veces que la vida se llena de contratiempos que merman nuestra salud mental, o simplemente necesitamos el apoyo de un profesional.
La duda que se plantean muchas personas ante este tipo de situaciones es en qué momento debemos acudir a un psiquiatra y, por otro lado, a un psicólogo. Por ello, desde Infosalus, hemos entrevistado a un portavoz de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental al respecto, así como a una representante del Colegio Oficial de la Psicología de Madrid.
En primer lugar, charlamos con Manuel Martín Carrasco, vicepresidente de la Sociedad Española de Psiquiatría y Salud Mental (SEPSM), quien aclara para poder ahondar en esta cuestión que es necesario distinguir la figura del psiquiatra, un médico especializado en Psiquiatría y, por tanto, que cuenta a sus espaldas con un periodo de formación de 11 años, 6 como médico y 5 como especialista, accediendo a esta última formación a través del examen MIR.
«El psicólogo tiene una formación de cuatro años para la obtención del grado. Ahora bien. Existen varias áreas formativas dentro de la Psicología. Una de ellas en la Psicología Clínica, a la que se accede a través del examen PIR», agrega el doctor Martín Carrasco.
Por lo tanto, incide en que la comparación no sería psiquiatra versus psicólogo, sino psiquiatra versus psicólogo clínico, con formación a través de la vía PIR: «Es importante porque la gran mayoría de psicólogos en ejercicio en nuestro país no ha realizado esta formación».
Sobre esta base, dice el vicepresidente de la SEPSM que hay que considerar que ambos profesionales reciben una formación común en muchos aspectos, pero muy diferente en otros. Por ejemplo, habla de que la formación del psiquiatra como médico le permite establecer un diagnóstico diferencial con aquellas patologías médicas que cursan con síntomas psiquiátricos, lo que es necesario en trastornos de ansiedad, en la depresión, o en la esquizofrenia, entre otros.
UNA HERRAMIENTA: LA PSICOFARMACOLOGÍA
En cuanto a la intervención terapéutica, mantiene que el psiquiatra dispone de la herramienta de la psicofarmacología, a la que el psicólogo no tiene acceso al no ser médico.
«El psicólogo, por el contrario, recibe una mejor formación en la evaluación psicométrica, a través de test, y en la aplicación de psicoterapia. No es que el psiquiatra no esté formado en psicoterapia, pero es cierto que con frecuencia no la pone en práctica, al menos en la práctica habitual en la sanidad pública en nuestro país», advierte.
Por lo tanto, el doctor Martín Carrasco subraya que, cuando se trate de trastornos mentales de intensidad moderada o grave, es imprescindible la intervención del psiquiatra, al menos en la fase de diagnóstico, y si es necesaria la intervención farmacológica, también a lo largo del tratamiento.
«El psicólogo clínico puede realizar evaluaciones diagnósticas, pero complementadas con una valoración psiquiátrica, al menos en los casos de intensidad moderada o grave. Y puede realizar intervenciones psicoterapéuticas en cualquier modalidad de casos», agrega.