REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha revelado en un nuevo informe que miles de millones de personas en todo el mundo siguen sin estar protegidas por políticas que eliminen las grasas trans, que aumentan el riesgo de cardiopatías y muerte.
«Aunque muchos países han aplicado mejores prácticas para hacer frente a las grasas trans en los alimentos, estamos lejos de alcanzar el objetivo de su eliminación total en 2023», sostienen desde el organismo sanitario de Naciones Unidas.
En 2018, la OMS ya designó la eliminación de los ácidos grasos trans (AGT) como uno de sus objetivos prioritarios, pidiendo la eliminación mundial de los mismos para 2023. Desde entonces, la OMS ha apoyado las acciones de los países e incluso ha establecido un mapa de seguimiento de políticas en vivo para supervisar los avances mundiales en este sentido.
Tal y como han informado, los países «están respondiendo» al llamamiento efectuado en 2018 y, en la actualidad, hay políticas contra las grasas trans para 3.400 millones de personas en 60 países (el 43% de la población mundial); de ellos, en 43 países hay políticas de buenas prácticas, que cubren a 2.800 millones de personas.
El primer país en liderar la eliminación de grasas trans fue Dinamarca, donde ya se ha notado una disminución de la enfermedad cardiovascular. En el resto de Europa, la normativa entró en vigor en abril de 2021, por lo que aún es pronto para evaluar su efecto en la salud de la población.