Italia.- Luego de 30 años prestando sus servicios en una fábrica, un hombre llamado Michele Barco murió durante su último día de trabajo en una empresa de ropa llamada Belvest.
El 31 de diciembre, Michele Barco festejaba su último día de trabajo compartiendo sándwiches, bebidas y pasteles con sus compañeros. Según el diario ‘Il Mattino di Padova’, todos celebraban el inicio de una nueva etapa para este hombre de 58 años cuando, en menos de una hora y de manera repentina, se desplomó y falleció en el acto.
Los propios trabajadores llamaron a emergencias, pero los médicos no pudieron hacer nada para reanimarlo y solo pudieron confirmar su muerte por paro cardiaco.
El fallecido llevaba unos 40 años trabajando como responsable de control de calidad en la empresa italiana de confección de alta costura Belvest, fundada en los 60 y situada en la localidad de Piazzola sul Brenta (Padua), al norte de Italia).
Después de décadas en el oficio, era una persona respetada y querida por sus compañeros y vecinos, quienes todavía siguen conmocionados por la noticia. Tanto es así que la empresa decretó un día de luto, suspendió todas las operaciones y mandó a los empleados a casa.
Barco residía con su madre anciana Gabriella en la misma localidad donde murió y donde había vivido toda su vida. No estaba casado ni tenía hijos, pero sí un hermano y tres hermanas. «Todavía no puedo creerlo.
Michele estaba bien, cómo pudo irse así, justo el día en que habría terminado de trabajar», declaraba al diario italiano rota de dolor una de sus hermanas. «En los últimos días había pensado en todo para no olvidarse de nadie [en la fiesta de su jubilación]: bombones y croissants para todos los departamentos y oficinas», añadió.