REDACCIÓN- Una semana después de que se declarara una ola de incendios en la zona centro sur de Chile, el fuego está lejos de ser controlado y el pronóstico de altas temperaturas, sequedad y vientos no mejora el panorama.
Los siniestros estallaron hace ocho días en las regiones de Ñuble, Biobío y La Araucanía, en el centro sur del país, y han cobrado la vida de 24 personas, arrasado más de 1.200 viviendas y unas 340.000 hectáreas, según cifras preliminares.
Las llamas han arrasado más de 309.000 hectáreas en las regiones del Maule, Ñuble, Biobío y La Araucanía, una superficie equivalente a un tercio del territorio de Puerto Rico.
El presidente chileno, Gabriel Boric, anunció que se impondrá el toque de queda en las tres regiones devastadas por el fuego. Sin embargo, las zonas específicas, desde cuándo y los horarios de esa medida serán definidos próximamente por los jefes militares de cada región.