Redacción Internacional.- Los doctores de un hospital rural quedaron atónitos cuando vieron nacer a una pequeña bebé con una cola de 5.7 centímetros cubierta de piel y pelo.
La conmoción se apoderó de aquel centro de salud en Nuevo León, México, tras el nacimiento de la bebé, quien nació por cesárea sin anomalía y tras un proceso de gestación sin complicaciones.
Una revista especializada detalló el caso ocurrido a finales del año pasado en una publicación en la que se explicaba que la cola de la bebé tenía unos cinco milímetros de diámetro, contenía nervios y explicaba que la menor lloraba cuando se le pinchaba con una aguja.
La publicación describió a el caso como el de «una verdadera cola humana», dentro de la clasificación médica para los apéndices caudales humanos, debido a que «no se asociaba a otras malformaciones» y porque se generó «en la región sacrococcígea, que es la localización más frecuente para encontrarlas», aunque también se han descrito colas humanas en región cervical.
Asimismo, el hallazgo fue denominado como vestigial, referente a órganos que esporádicamente se suelen hallar en algunos humanos y que no desempeñan función alguna, pero nos indican parentescos evolutivos con otros seres.