Japón.- El Gobierno japonés asegura albergar «serias» sospechas de que China estuvo detrás de tres violaciones de su espacio aéreo entre 2019 y 2021 mediante globos espía no tripulados.
Tokio lanzó esta acusación por primera vez este martes durante una rueda de prensa en la que el secretario jefe del Gabinete, Hirokazu Matsuno, dijo a los periodistas que es probable que Pekín realizara varias incursiones en el espacio aéreo nipón, informa Reuters.
«Como resultado de una investigación adicional sobre objetos voladores específicos con forma de globo que se confirmaron en el espacio aéreo de Japón en el pasado, se sospecha seriamente que se trató de globos de vigilancia no tripulados de China», dijo Matsuno, precisando que los funcionarios japoneses se comunicaron con sus homólogos chinos para advertirles contra futuras violaciones.
Según un comunicado difundido por el Ministerio de Defensa japonés, los objetos voladores fueron detectados en noviembre de 2019, junio de 2020 y septiembre de 2021. Asimismo, se señala que los militares del país prometen «esforzarse más que nunca en la recopilación de información y en las actividades de vigilancia contra los globos, incluidos los no tripulados usados en el espionaje extranjero», señaló la agencia nipona Kyodo.
Aunque el ministro de Defensa, Yasukazu Hamada, dijo con anterioridad que el Ejército está autorizado a usar la fuerza, incluso mediante el lanzamiento de misiles aire-aire, para derribar objetos o aviones intrusos, el ministerio no precisó si alguno de los tres objetos misteriosos fue derribado.
En su comentario sobre estas acusaciones, el portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de China, Wang Wenbin, enfatizó que «Japón debe ser objetivo e imparcial en ese asunto, en lugar de seguir el ejemplo de Estados Unidos y dramatizar».
El anuncio se produce tras un nuevo análisis de varios casos anteriores de detección de objetos voladores no identificados en el espacio aéreo de Japón, llevado a cabo a raíz del incidente con el globo chino derribado por la Fuerza Aérea de Estados Unidos el pasado 4 de febrero.
Aunque los funcionarios estadounidenses insisten en que la nave se usó con fines de vigilancia, Pekín ha negado la acusación, argumentando que el globo fue diseñado para recopilar datos meteorológicos y únicamente se desvió de su curso.