Santo Domingo.- El cierre en gran parte del Caribe que provocó el virus del COVID-19, mientras la República Dominicana estuvo abierta, fue la brecha que hizo de Santo Domingo y San Cristóbal el epicentro para la celebración de más de un centenar de partidos internacionales, con el país sacando notas altas como anfitrión, y esa calificación ha arrojado un premio mayor.
La Confederación Norte, Centroamericana y del Caribe de Fútbol (Concacaf) escogió a la República Dominicana como la sede para construir un moderno centro de alto rendimiento que conllevará la mayor inversión extranjera individual que se realiza en el deporte en la isla.
Se trata de un complejo que será levantado sobre una superficie superior a los 100 metros cuadrados, con siete canchas de fútbol, gimnasios, oficinas administrativas, hospedaje, que conllevará una inversión inicial de US$30 millones. Unos recursos ya disponibles, que en la Fedofútbol creen será de inversión mayor, y que solo se espera la identificación de los terrenos para que las maquinarias comiencen a nivelar.
El complejo de las Grandes Ligas de mayor inversión en el país es el que inauguró el equipo Miami Marlins en octubre pasado, que costó US$15 millones.
Un proyecto que perseguían las 41 federaciones que integran el órgano rector del balompié en la región (desde Canadá hasta Surinam pasando por Costa Rica y Cuba) y en el que la propuesta dominicana se impuso por facilidades que van desde las consulares, impuestos, posición geográfica, conexiones aéreas y oferta hotelera.