SANTO DOMINGO.- Agustín Pimentel, un hombre que se dedicaba al oficio de motoconcho, clama apoyo económico para seguir viviendo.
Una emergencia médica permitió que los especialistas diagnosticaran el padecimiento.
Fue ingresado un centro de salud en La Vega, tras sufrir una crisis de nervios, pero nunca imaginó que saldría del lugar con el diagnóstico de una enfermedad grave en ambos riñones.
Sus riñones dejaron de funcionar y ahora él y su familia viven de la caridad de los transeúntes.
En una colchoneta en la galería de su hogar ve pasar los días, mientras se lamenta de su nueva realidad acaricia las cicatrices que dejaron en su abdomen varias intervenciones quirúrgicas.
Además de requerir recursos para pagar un costoso tratamiento médico, esta pareja necesita fondos para alimentación, medicamentos y pago de su vivienda.