REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El río Po, el más largo y caudaloso de Italia, está experimentando bajos niveles de agua debido a la disminución de los campos de nieve invernales que normalmente previenen la sequedad del río en los meses más cálidos.
Según la Agencia del Clima y el Medio Ambiente de Bolzano, los campos de nieve han retrocedido en un 75%.
El nivel del río ha alcanzado mínimos estacionales récord en 30 años y la navegación podría ser imposible si no llegan pronto abundantes lluvias.
El río Po atraviesa la zona más densamente poblada, industrializada y cultivada de Italia, conocida como el valle alimentario italiano. Los pescadores y barcos dependen del río, y las ricas tierras de labranza se benefician del agua del río.
Además, los lagos de fama mundial como Garda y Como, que atraen a millones de turistas internacionales cada año, también dependen del río Po.
La falta de agua está afectando a las actividades turísticas, la agricultura, la hidroelectricidad y la producción de alimentos.
El cambio climático provocado por el hombre es parcialmente responsable de esta situación, ya que las temperaturas más cálidas están derritiendo la nieve y evaporando más agua en el aire.
El gobierno italiano aún no ha nombrado al comisario extraordinario que mediará entre las regiones aguas abajo y aguas arriba y entre los ciudadanos que pagan por el agua potable, la agricultura, la hidroelectricidad y el turismo.
La situación requiere una acción inmediata para garantizar que el río Po siga siendo un recurso valioso y sostenible para todas las personas que dependen de él.