Científicos de la Universidad de Edimburgo han desarrollado una piel electrónica inteligente que permite a las máquinas tener una percepción similar a la de los seres vivos.
La tecnología utiliza sensores para replicar la capacidad de los seres vivos de percibir su propio movimiento corporal, conocido como propiocepción. Los diferentes conjuntos de electrodos localizados en la superficie del robot capturan información de movimiento y deformación en diferentes posiciones, que se transmiten a un procesador para controlar la recolección de señales de la piel electrónica.
La información útil se codifica y se extrae mediante aprendizaje automático para obtener la percepción 3D y los movimientos del cuerpo. Los científicos creen que este avance tiene potencial para controlar el movimiento en la robótica suave en diversas aplicaciones en el futuro.