SANTO DOMINGO.- La circulación de contenido cinematográfico producido en países de Iberoamérica es una de las asignaturas pendientes de la industria que encontraría un gran impulso en la creación de un «mercado común para Iberoamérica», principalmente a través de la coproducción.
Así lo expuso este miércoles en una entrevista con EFE la directora de la Dirección General de Cine de República Dominicana (DGCine), Marianna Vargas Gurilieva, recién llegada de Cannes, Francia, donde se firmaron diversos acuerdos de cooperación y se celebraron varios eventos para dar mayor visibilidad a la delegación dominicana.
La limitada circulación «de nuestro contenido es un común denominador en toda Iberoamérica», de ahí «la necesidad de que haya un mercado común para Iberoamérica» para lograr que ese contenido circule, principalmente «a través de la coproducción -una de las principales apuestas de DGCine- con Italia, con España, pero también con el resto de Iberoamérica», dijo.
De hecho, «estamos negociando un acuerdo de cooperación con Uruguay y otro con Colombia para ver cómo podemos hacer que circule más el contenido a través de los distintos mercados».
FALTAN SALAS DE CINE
Aunque en República Dominicana «estamos muy bien posicionados en el consumo de nuestro cine» en comparación con el resto de Latinoamérica, «faltan salas de cine, y también falta atraer a las audiencias», expuso.
Además, las salas de cine se ubican dentro de los centros comerciales, siguen la lógica comercial de los «malls«, así que surge el reto de «volver a tener salas de cine» fuera de estas grandes superficies, modelo que limita la exhibición a las ciudades, sin llegar a pequeñas poblaciones.
Una alternativa es utilizar un pequeño distribuidor que lleva pantallas portátiles al interior del país para generar esas audiencias que, a su vez, originan una especie de efecto rebote hacia las salas con el boca a boca, método que ya se desarrolla en otros lugares.
«Eso me parece sumamente interesante e inteligente a nivel de estrategia de publicidad y mercadeo que podría ser replicable», en un contexto en el que «el patrón de consumo, por la misma pandemia, cambió».
PRODUCCIÓN EXTRANJERA
Los incentivos fiscales que proporciona de la Ley del Cine de la República Dominicana ha favorecido la llegada de mucha producción externa al país, con su consecuente impacto económico en la industria cinematográfica.
«En 2021 y 2022 cerramos con una cifra muy similar de más de 250 millones de dólares en producciones extranjeras«, señaló Vargas Gurilieva, que apuntó al auge de los seriales y los realitys.
Esas producciones internacionales traen a su personal, pero cada vez emplean a más profesionales locales: «La ley te dice que para obtener el incentivo, el 25 % tiene que ser local, pero la realidad es que, por un tema de costos y por el talento que hemos probado que tenemos, va por encima del 70 %», apuntó.
«Hemos visto mucha mejora y cada vez mayor visualización de nuestro talento en esa producción extranjera» y, en el caso de los departamentos de arte, la cabeza ya es dominicana, apuntó.