REDACCIÓN INTERNACIONAL.- La búsqueda del sumergible desaparecido cuando se dirigía al pecio del Titanic se ha convertido en una misión de investigación y salvamento que se prolongará por un tiempo indefinido, según las autoridades, mientras en todo el mundo se sucedían los homenajes a las cinco personas fallecidas por la implosión de la embarcación en las profundidades del Atlántico Norte.
El anuncio del jueves de que todos los pasajeros habían fallecido cuando el submarino implosionó cerca del lugar donde descansa el icónico pecio puso un trágico punto final a una odisea de cinco días que incluyó una apremiante búsqueda ininterrumpida y una vigilia global por el Titán.
La investigación acerca de lo ocurrido ya estaba en marcha y continuará en las inmediaciones del Titanic, donde se encontraron los restos del sumergible, dijo el contraalmirante John Mauger, del Primer Distrito de la Guardia Costera.
“Sé que hay también muchas preguntas acerca de cómo, por qué y cuándo ocurrió esto. Son preguntas sobre las que recopilaremos toda la información que podamos”, afirmó Mauger, que indició que se trataba de un “caso complejo” en una zona remota del océano y que implicaba a varios países.
El primer indicio acerca de la posible cronología de los hechos se produjo el jueves en la noche, cuando un alto oficial de la Marina estadounidense dijo que poco después de que se reportó la desaparición del Titán el domingo, la Marina analizó los datos acústicos y halló una “anomalía” que era consistente con una implosión o explosión en las proximidades del lugar donde operaba la embarcación cuando se perdió la comunicación. El oficial habló bajo condición de anonimato para discutir un delicado sistema de detección acústica.
Los fallecidos eran Stockton Rush, el director general de OceanGate Expeditions, la propietaria y operadora del sumergible; dos miembros de una importante familia paquistaní, Shahzada Dawood y su hijo Suleman Dawood; el aventurero británico Hamish Harding, y Paul-Henri Nargeolet, un francés experto en el Titanic.
OceanGate, que ha documentado la desintegración del Titanic y el ecosistema submarino que lo rodea en viajes anuales desde 2021, en los que participaban turistas de pago, indicó en un comunicado que los fallecidos eran “verdaderos exploradores que compartían un marcado espíritu de aventura y una profunda pasión por explorar y proteger los océanos del mundo”.