Entre otras cosas, la orden ejecutiva instruye a varias agencias gubernamentales a supervisar a las aseguradoras privadas para que cubran la mayoría de los costos de los anticonceptivos, con el fin de asegurar que las estadounidenses pueden costearse esos medicamentos.
El gesto de Biden se produce un día antes del aniversario del fallo del Tribunal Supremo que acabó con las protecciones federales al aborto y devolvió a los estados la potestad para legislar sobre el asunto, lo que ha llevado a que varios estados prohíban o restrinjan ese derecho.
Esa sentencia derogó el precedente legal que durante medio siglo había establecido el fallo «Roe contra Wade» para proteger a nivel federal el derecho al aborto.
Debido a las posibles ramificaciones legales, grupos defensores de los derechos de las mujeres alertaron de que el fin de «Roe contra Wade» podría llevar a que el Tribunal Supremo, de mayoría conservadora, también acabara con las protecciones para acceder a anticonceptivos.
En 1965, el Tribunal Supremo dictaminó que los estados no podían interferir en el derecho de las mujeres a utilizar anticonceptivos, en virtud del derecho a la privacidad consagrado en la Constitución estadounidense.