REDACCIÓN INTERNACIONAL.- El jefe de la ONU para los derechos humanos, Volker Türk, hizo públicos hoy una serie de eventos criminales que se registran en Haití y que hacen muy urgente el despliegue de una fuerza internacional que ayude a detener la ola de extrema violencia que ha llevado al asesinato de cerca de 2.500 personas desde inicios de año.
Reveló que además de ellos, otras 902 personas han sido heridas y 951 secuestradas en acciones criminales que tienen lugar sobre todo en Puerto Príncipe, donde varios barrios están prácticamente en una situación de asedio.
La violencia ha llegado a tal nivel que los movimientos de «justicia popular» o de autodefensa se han multiplicado y crecido rápidamente, lo que Türk señaló que también ha llevado a graves excesos, como el linchamiento de 350 personas.
De éstas, 310 eran miembros de pandillas criminales, uno un policía y el resto gente cuya afiliación no se ha determinado.
Entre los hechos denunciados por el alto comisionado de la ONU para los derechos humanos está el asesinato de familias enteras -en un caso sus miembros fueron quemados vivos cuando se incendió su casa de forma premeditada- que apoyaban a las fuerzas de autodefensa locales con el propósito de enfrentar a las pandillas.
Los observadores de la ONU han verificado un aumento de la violencia en la última semana, en la que han muerto y sido heridos 28 personas, además del saqueo contra viviendas y comercios.
El despliegue de las fuerzas de seguridad calmó las cosas, pero en cuanto los agentes se retiraron los pandilleros volvieron a actuar.
Más de 50.000 personas han tenido que abandonar los barrios más problemáticos en los últimos días y ahora están en centros de acogida temporal o en comunidades que les han recibido.
Türk señaló que en visto de todo ello debe acelerarse todo lo posible el envío de una fuerza internacional que ayude a la policía en este desafío de seguridad sin precedentes.
«Los derechos humanos del pueblo haitiano deben ser protegidos y se debe aliviar su sufrimiento», recalcó.