Redacción Internacional– Para el estudio, 110 niños de entre 10 y 13 años tuvieron que dominar el llamado Test de Estrés Social de Trier, según reveló el martes la Universidad de Basilea.
Esta prueba está diseñada para poner a los participantes en una situación estresante. Los niños tuvieron que recitar algo ante un jurado tras un breve periodo de preparación. También tuvieron que completar una prueba de matemáticas en la que la tarea volvía a empezar después de cada error.
Se observó que los niños que declararon hacer ejercicio durante más de media hora al día producían menos cortisol, la hormona del estrés, durante esta tarea en comparación con los niños menos activos. Los niños más activos también declararon una menor sensación de estrés tras la prueba. Estos resultados se publicaron en la revista Journal of Science and Medicine in Sport.
Asociación positiva
Los investigadores explicaron que los niveles de cortisol aumentan durante la actividad física. Cuando los niños hacen ejercicio con regularidad, el cuerpo aprende a asociar el cortisol con una sensación positiva. Esta asociación positiva también evita que la concentración de la hormona del estrés aumente demasiado durante la prueba de esfuerzo.
Los investigadores de Basilea quieren averiguar ahora si la actividad física influye también en las consecuencias cognitivas del estrés de los exámenes: en otras palabras, si los niños que hacen menos ejercicio se bloquean más.
Según los autores del estudio, estos resultados no sólo son relevantes para los niños en edad escolar: una reacción más fuerte al estrés psicosocial en la infancia aumenta el riesgo de desarrollar trastornos psicológicos y fisiológicos más adelante en la vida.