Redacción Internacional.- Manuel Pérez Estremera murió este martes en Madrid a los 78 años de la misma manera a como se comportó en vida: sin estridencias. Su figura ha sido fundamental para el cine español sin que el gran público lo conociera. Y, sin embargo, siempre remó a favor de obra, para que el cine, y en concreto el cine español, llegara lo más lejos posible. Entre sus trabajos destaca la dirección durante dos ediciones del festival de San Sebastián (1993 y 1994), del Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), del ministerio de Cultura en 2004, y director de TVE de 2005 a 2007. Pero, sobre todo, aunó fuerzas, creó dinámicas de grupo e impulsó todo tipo de proyectos. Se autodefinió en una entrevista en 2005 de una manera curiosa: “Para una vida no, pero para una noche soy muy entretenido, porque tengo un millón de historias que contar”.
Pérez Estremera nació en Madrid, pero su niñez la pasó en Ourense, ciudad que recordaba con inmenso cariño. Aunque iba para bioquímico, unos malos profesores y su amor al cine le llevaron a iniciar su carrera como crítico en 1964 publicaciones como Nuestro cine y Film Ideal. En esa labor destacó también como partícipe del grupo que impulsó Cuadernos para el diálogo, y a lo largo de su carrera publicó en diversas revistas. A causa de ese trabajo, estaba presente en Cannes en 1968, cuando el festival se interrumpió por la revolución iniciada por los estudiantes. El cerrojazo llegó justo con la proyección de Peppermint frappé, de Carlos Saura, en la que el mismo Saura y Geraldine Chaplin lograron parar, colgándose del telón.
En 1972 entró en TVE, donde fue asistente de dirección en las series El pícaro (1974-1975), Cuentos y leyendas (1975), Escrito en América (1979) y La máscara negra (1982). En la entonces única emisora de televisión dirigió Fila 7 (1984), un programa semanal de cine presentado por Rosa María Mateo, antes de pasar a la subdirección de Producción Externa, ocupándose del estudio de guiones y proyectos para cine español, coproducciones con Latinoamérica, entre otros cometidos, entre 1987 y 1992. Pérez Estremera sentía que no tenía madera de realizador, aunque sí de aglutinador, como demostró en las dos ediciones en las que lideró el festival de cine de San Sebastián (1993 y 1994).
En Canal Plus España fue Director del programa Magacine y director de Programas de Producción Propia hasta abril de 2004, llevando las compras de derechos de antena de cine español. De aquella Sogecable pasó a dirigir el Instituto de la Cinematografía y las Artes Audiovisuales (ICAA), el organismo que rige el cine desde el ministerio de Cultura en 2004, y cuando solo llevaba siete meses en el cargo fue requerido para su retorno a TVE, para dirigirla de 2005 a 2007. En el momento de su nombramiento, apuntó: “Creo en una televisión pública fuerte, y ante el reto siento lo que bajo la ducha escocesa: frío y caliente, horror y esperanza. Me daría rabia defraudar a los compañeros, que digan: ‘Mira, hace las mismas porquerías”. Tras dejar el puesto, se acogió ese 2007 al ERE.
Ya en 2009, como presidente del jurado del festival de cine africano de Tarifa (participó en múltiples jurados, impartió cursos en diversas organizaciones y colaboró con, por ejemplo, el programa Ibermedia) apuntaba en una entrevista en Europa Sur un mal del cine que se mantiene. “Es un problema con todo el cine, incluido el español, que la mitad no se ve. El mercado está como está. Se ha consolidado el mercado en el que lo que prima es lo que da mayor rendimiento. Ese es el problema de considerar a las artes un mercado; y son algo más. El problema es el mismo que se puede encontrar con cine finlandés o con cine alemán. Quizá más grave con cine africano porque se conoce todavía menos, pero la mayoría del cine que se hace en el mundo, menos el norteamericano, un poquito el francés y un poquito el español, no se ve y hay que ser conscientes de ello”.
Además de todo este recorrido, en el que logró, por ejemplo, una gran mejora en el Fondo de la Cinematografía, Pérez Estremera escribió los libros Correspondencia inacabada con Arturo Ripstein, Nuevo Cine Alemán, Nuevo Cine Latinoamericano y Problemas del Nuevo Cine, y fue responsable de la Cátedra de Producción de la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de los Baños (Cuba) entre 1998 y 2000.