REDACCIÓN INTERNACIONAL.– Vivian Silver, una activista israelí nacida en Canadá que dedicó su vida a buscar la paz con los palestinos, fue confirmada muerta en la incursión de Hamás el 7 de octubre en el sur de Israel.
Durante 38 días, se creyó que Silver, que se había mudado a Israel en la década de 1970 y había establecido su hogar en el Kibbutz Be’eri, estaba entre los casi 240 rehenes retenidos en la Franja de Gaza. Pero la identificación de algunos de los restos más quemados ha avanzado lentamente y su familia fue notificada de su muerte el lunes.
Silver era una figura dominante en varios grupos que promovían la paz entre Israel y los palestinos, así como un destacado grupo israelí de derechos humanos. También se ofreció como voluntaria en un grupo que llevaba a pacientes con cáncer de Gaza a hospitales israelíes para recibir atención médica.
“Por un lado, era pequeña y frágil. Muy sensible”, dijo el martes su hijo Yonatan Zeigen a Radio Israel. “Por otro lado, ella era una fuerza de la naturaleza. Tenía un espíritu gigante. Ella fue muy asertiva. Tenía creencias fundamentales muy fuertes sobre el mundo y la vida.
Zeigen dijo que le envió mensajes de texto a su madre durante el ataque. Los intercambios comenzaron de manera alegre y Silver mantuvo su sentido del humor, dijo. De repente, dijo, hubo una crisis dramática cuando ella comprendió que había llegado el fin y los militantes irrumpieron en su casa.