Santo Domingo.- El presidente de República Dominicana, Luis Abinader, afirmó este lunes que su país ha expresado su «enérgico» rechazo a la pretensión «ilegítima» de revertir la decisión mayoritaria del pueblo de Guatemala expresada en las urnas.
«Ningún poder del Estado tiene el derecho de imponerse sobre la legitimidad absoluta de la voluntad popular libremente expresada. Nuestra región, que ha tenido que enfrentar el flagelo de las dictaduras, tiene una deuda histórica por saldar con la democracia», expresó Abinader en presencia de presidente electo de Guatemala, Bernardo Arévalo de León, quien visita este lunes el país.
El gobernante caribeño afirmó que los embates recientes contra el «proceso democrático en su país nos recuerdan que debemos siempre estar vigilantes y que la democracia no puede darse por sentada, pues requiere siempre un esfuerzo mancomunado de todas nuestras naciones».
Abinader consideró que la democracia es la «piedra angular» sobre la cual se construyen «nuestras sociedades, y que la democracia es un viaje continuo, que conlleva retos, desafíos y esperanzas, y dijo estar convencido de que este modelo político es el que llevará «el desarrollo a nuestros pueblos».
Arévalo, quien deberá asumir el poder el 14 de enero venidero, fue recibido por Abinader en el Palacio Nacional y previo a la conferencia de prensa que ofrecieron conversaron en privado por unas dos horas en la sede del Ejecutivo.
«Es muy lamentable de que hayamos sido testigos de los intentos por socavar los resultados legítimos de las elecciones democráticas en Guatemala. Es un desafío que ha causado un impacto a toda la región, recordando la importancia de la solidaridad y el apoyo mutuo en la defensa de los valores compartidos y de la democracia», apostilló el mandatario.
El gobernante dominicano recordó que el padre de Arévalo de León, el expresidente de Guatemala José Arévalo, fue recibido en ese mismo lugar en 1972, condecorado y reconocido por haber acogido durante su mandato (1945-1951) a luchadores contra la dictadura en República Dominicana de Rafael Trujillo (1930-1961).
Arévalo, por su parte, dijo que agradeció de manera particular al Gobierno y al pueblo dominicano por el apoyo que le han brindado al pueblo de Guatemala «en este momento de lucha por la democracia, donde estamos convencidos de que la democracia es el único camino verdadero para la solidaridad, la justicia y la libertad».
Sostuvo que en estos momentos donde la democracia en su país está atravesando dificultades es muy importante unir fuerzas con los países democráticos, grandes y pequeños, para que el sistema internacional continúe avanzando hacia políticas libres de dictaduras y autoritarismos.
«Estamos convencidos de que en República Dominicana tendremos a un socio para la construcción de un futuro democrático como lo reclaman y merecen nuestros pueblos (…) necesitamos defender la democracia dentro de cada uno de nuestros países y asumirlo como un compromiso fundamental, como una práctica real y cotidiana que debemos expandir a nivel regional, latinoamericano e internacional», expuso el presidente electo guatemalteco.
Arévalo de León fue elegido en los comicios de este año y gobernará por un período de cuatro años de la mano del partido Movimiento Semilla, nacido de la lucha anticorrupción en 2015 en Guatemala.
Sin embargo, desde julio pasado el Ministerio Público (Fiscalía) empezó una persecución judicial en contra de Arévalo de León y el Movimiento Semilla para evitar su llegada al poder, incluso alegando que los comicios deben anularse por irregularidades administrativas.
La Corte de Constitucionalidad de Guatemala, máximo tribunal del país, aseguró la semana pasada que las elecciones son válidas y debe registrarse una transición ordenada en enero próximo.
El viernes pasado, el presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, volvió a prometer un cambio de Gobierno ordenado en enero próximo, tras una visita al país centroamericano del secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro.
Arévalo de León y la OEA han catalogado como «golpe de Estado» e «intento de golpe de Estado», respectivamente, las acciones de la Fiscalía en contra del presidente electo, su partido y los magistrados electorales.