Redacción.- Tras más de tres años de una dolorosa batalla contra las secuelas de la ingesta de alcohol adulterado, Armando Medina, residente venezolano en el país, falleció este miércoles. La tragedia tuvo origen durante un viaje a la Isla Saona, donde Medina consumió una bebida suministrada por Ata Excursiones, resultando en severos daños cerebrales y en su sistema nervioso.
El joven estuvo en coma durante varios meses y, tras despertar, quedó postrado en una cama. A lo largo de su lucha, Medina enfrentó diversas complicaciones en su salud, siendo cuadripléjico y sin movilidad en cuello ni manos. Aunque progresivamente recuperó parte del movimiento en sus extremidades y dejó de depender de sondas para alimentarse, nunca logró una completa recuperación.
Ayer martes, la familia del joven lanzó un desesperado llamado en busca de ayuda para localizar una cama en terapia intensiva, dada la delicada condición de salud en la que se encontraba. Lamentablemente, este miércoles, se informó oficialmente sobre su fallecimiento.
El caso de Armando Medina resalta las consecuencias devastadoras de la distribución y consumo de alcohol adulterado, así como la importancia de la regulación y supervisión en la industria turística. La familia, en medio del duelo, busca respuestas y justicia para evitar que tragedias similares afecten a otras personas en el futuro.