Redacción.- La Policía de Japón se llevó una gran sorpresa cuando, días atrás, un hombre que alegaba ser el criminal Satoshi Kirishima dio con ellos, les informó de su paradero y les ofreció información preciada.
Kirishima era uno de los prófugos más buscados en el país por los atentados que había perpetrado en la década de 1970 pero, desde entonces, había sido un experto en evadir a las autoridades y la Justicia. En el último tiempo, sin embargo, estuvo batallando con un cáncer que, finalmente, esta semana le costó la vida.
El japonés explicó a las autoridades que se contactó con ellos porque no quería morir usando su alias y deseaba contarles la verdad de los actos criminales en los que había participado. Éstas, sin dudarlo, acudieron al hospital cercano a la capital e interrogaron al hombre de 70 años.
Cuatro días más tarde de este encuentro, el lunes, el criminal falleció. La Policía aún no ha confirmado su identidad pero medios locales ya han informado de que las pruebas de ADN que se le realizaron a él y a sus familiares son compatibles.
“Pensamos que el hombre que murió en el hospital tras afirmar que era Satoshi Kirishima era realmente el sospechoso”, indicó la víspera el jefe de la Agencia Nacional de la Policía de Japón, Yahsuiro Tsuyuki.
Kirishima nació en 1954 y se encontraba cursando sus estudios universitarios en Tokio cuando comenzó sus actividades extremistas en el Frente Armado Antijaponés de Asia Oriental, un grupo miliciano que perpetró varios ataques con bombas contra importantes empresas del país en la década de 1970. El sospechoso participó en muchos de ellos, como el de Mitsubishi Heavy Industries, de 1974, uno de sus casos más llamativos. Este episodio, que tuvo lugar a plena luz del día, dejó a ocho personas muertas y otras 165 gravemente heridas.
También, se cree que Kirishima -si bien no era uno de los miembros clave- fue el responsable de colocar y detonar un explosivo en el Instituto de Investigación Económica Industrial de Corea, en el céntrico barrio tokiota de Ginza, un año más tarde, en abril.
En total, el Frente estuvo detrás de unos 12 atentados de este estilo.
Si bien fue disuelto después de que las autoridades niponas arrestaran a la mayoría de sus miembros -muchos de los cuales también tenían vínculos o se unieron, posteriormente, al Ejército Rojo Japonés- Kirishima fue el único que nunca fue capturado. Del resto, ocho ya han sido formalmente acusados, con dos condenados a muerte.
Según indicaron medios locales, todo este tiempo el criminal vivió sin teléfono celular ni seguro de vida, y recibía su salario en efectivo, lo que le permitió no ser detectado por las autoridades. Asimismo, tras seguir nuevas pistas, la Policía ordenó este viernes un allanamiento en una empresa constructora en la que vivió y trabajó durante 40 años bajo el nombre de Hiroshi Uchida.