REDACCIÓN. – Debido a sus planes de vender solo vehículos eléctricos para el año 2030, la empresa sueca Volvo fabricó su último automóvil con motor diésel, el deportivo XC90, en una planta de la ciudad de Gotemburgo.
«Estamos bastante seguros de que tenemos muy buenas ofertas para los clientes, incluso sin los diéseles», explicó al medio Erik Severinson, ejecutivo de la compañía.
Volvo se convirtió en 2017 en el primer gran fabricante de coches en comprometerse a eliminar gradualmente los vehículos propulsados únicamente por combustibles fósiles.
«Creemos que nuestros clientes ven el mismo tipo de transición a la movilidad verde que nosotros», manifestó Severinson.
Asimismo, indicó que, aunque el fabricante seguirá apoyando a sus clientes de diésel y ofreciendo piezas de recambio, no frenarán sus esfuerzos en los vehículos eléctricos, ya que la tecnología todavía ofrece más crecimiento a largo plazo.