Redacción.- Christopher Clements fue sentenciado este miércoles a pasar el resto de su vida en prisión por el secuestro y asesinato de la niña Isabel Celis, que desapareció de su hogar en el 2012 en la frontera de Arizona y originó una búsqueda que se extendió hasta México por cinco años.
Antes de que la sentencia de cadena perpetua fuera pronunciada, los padres de la menor dieron un emotivo testimonio asegurando que ningún castigo que reciba Clements “será suficiente para aliviar el dolor que causó a su familia”. Sergio Celis, padre de la niña, aseguró que él mismo pasará el resto de su vida lamentándose por no haber protegido a su hija, de 6 años.
En febrero pasado Clements, de 42 años, fue encontrado culpable por un jurado que por dos semanas escuchó testimonios en el caso que conmocionó a la comunidad hispana en ambos lados de la frontera.
La niña desapareció la noche del 20 de abril del 2012 cuando se encontraba en su vivienda junto a su padre y su hermano. La madre, enfermera de profesión, se encontraba trabajando. Por cinco años no se supo sobre el paradero de la niña, pero en 2017 el Departamento de Policía de la Ciudad de Tucson (TPD) encontró los restos de la pequeña en una región apartada del desierto.
En la audiencia de hoy Clements reiteró “su inocencia” y dijo que no tuvo un juicio justo. La Fiscalía indicó que fue el mismo acusado quien pidió a su novia que contactara a la policía para decirle que tenía información sobre el paradero de la menor a cambio que le redujeran cargos relacionados con otro caso.
Clements nunca pudo explicar cómo supo dónde estaba el cuerpo de la menor. La defensa dijo al jurado que no existe ninguna prueba genética que relacione al hombre con la desaparición de Celis.
Esta nueva sentencia se suma a la pena de cadena perpetua que Clements ya cumple por la muerte de Maribel Gonzales, una menor de 13 años que desapareció en Tucson en el 2014 cuando se dirigía a casa de una amiga. El cuerpo de Gonzales fue encontrado cerca del área donde los restos de Celis fueron hallados.