REDACCIÓN.- Las paltas o aguacates son ampliamente reconocidas tanto por su sabor como por sus propiedades nutricionales, los beneficios más conocidos de ese fruto se deben a sus grasas saludables para el corazón.
La mayoría de las grasas presentes en ellas son monoinsaturadas, que a diferencia de las grasas saturadas que abundan en las carnes y lácteos, pueden disminuir el colesterol LDL o “malo”, lo cual es fundamental para la prevención de enfermedades cardíacas.
Además de sus grasas saludables y fibra, la palta es rica en diversos micronutrientes y posee excelentes beneficios cardiovasculares.
La alta cantidad de fibra en ellas ayuda a mantener un peso saludable y promueve un intestino sano. La fibra es vital, ya que muchos estudios muestran que la mayoría de las personas no consumen la cantidad diaria recomendada de fibra, que varía entre 21 y 38 gramos, dependiendo de la edad y el sexo.
Una palta entera contiene aproximadamente 10 gramos de fibra, lo que puede ayudar a alcanzar esa meta diaria.
En un estudio dirigido por Frank Hu, profesor de nutrición y epidemiología en la Escuela de Salud Pública T.H. Chan de Harvard, se observó que consumir al menos dos porciones de palta por semana puede reducir un 21% el riesgo de enfermedad cardíaca coronaria.
Hu y sus colegas analizaron a más de 110.000 adultos durante un período de 30 años para llegar a esta conclusión. Aunque es difícil atribuir la reducción del riesgo únicamente al consumo de palta, el estudio resalta su potencial beneficio para la salud cardiovascular cuando reemplaza alimentos menos saludables.
También, la palta es una buena fuente de vitamina E, que apoya la salud de la piel. En comparación, una palta tiene más potasio que una banana, lo cual es esencial para reducir la presión arterial alta según el doctor Hu.
“No son frutas comunes”, dice Hu al describir la densa cantidad de nutrientes que poseen las paltas con muy pocos carbohidratos y abundantes grasas saludables y fibra. Estos aspectos permiten que las comidas basadas en plantas sean más satisfactorias y completas, incrementando así el valor nutricional general de la dieta sin necesidad de añadir productos de origen animal, como carne o queso.