Redacción.-La nueva variante de COVID-19, KP.3, se ha convertido en la cepa dominante en los Estados Unidos, representando ahora uno de cada cuatro nuevos casos, de acuerdo con las estimaciones difundidas el viernes 7 de junio por los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC, por sus siglas en inglés), así lo informó CBS News.
El reciente aumento de la cepa KP.3 ha llevado a los CDC a rastrear diversas métricas clave que indican una tendencia general de incremento en la propagación del virus. Históricamente se han observado aumentos similares en torno al mes de agosto, de acuerdo con las estadísticas proporcionadas por la propia agencia. Las visitas a la sala de emergencias debido a COVID-19 también han registrado un aumento paulatino entre individuos de todas las edades en las últimas semanas.
En estas semanas, los datos de vigilancia de aguas residuales de los CDC han mostrado una aceleración en los niveles del virus, particularmente en la región occidental del país. Actualmente, se estima que las infecciones por COVID-19 están en aumento en unos 30 estados y territorios, conforme a las estimaciones actuales de la agencia. Según declaró al medio antes mencionado, Natalie Thornburg, jefa de laboratorio de la División de Coronavirus y Otros Virus Respiratorios de los CDC: “Cuando miras a KP.2 y KP.3, son casi idénticos entre sí, con realmente una diferencia entre los dos”.
La aparición de KP.3 se produce mientras los CDC supervisan estas tendencias. Esta variante ha superado a KP.2, una cepa conocida como FLiRT, que alcanzó una incidencia del 22,5% esta semana. A pesar de haber sido la variante dominante en semanas anteriores, el crecimiento de KP.2 ha comenzado a desacelerarse, algo que la hace ceder ante el progreso de KP.3.
Las características de KP.3 y KP.2 son muy similares a la variante JN.1, la cual dominó durante la ola invernal pasada. Thornburg explicó en una reunión de la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA por sus siglas en inglés) que “el KP.3 está muy cerca, pero no absolutamente encima de él”. Este fue uno de los temas centrales de dicha reunión, enfocada en determinar qué cepas deberían considerarse en las vacunas de este otoño.
La FDA anunció que se promoverá el desarrollo de vacunas basadas en la variante JN.1, dominante a inicios del año, rechazando una fórmula más reciente que estaba dirigida a KP.2. “Sí, siempre decimos que no deberíamos perseguir cepas, pero estamos pagando una prima increíblemente alta por las vacunas de ARNm para poder tener las vacunas más recientes”, comentó Peter Marks de la FDA en su alocución.
El argumento de la FDA se mantuvo en línea con los asesores de la agencia, quienes expresaron preocupaciones de que una nueva vacuna basada en KP.2 no amplíe significativamente la inmunidad contra futuras cepas en comparación con la elaborada para JN.1. A modo de ejemplo, Moderna presentó estudios en animales mostrando que su vacuna dirigida a KP.2 ofrecía una protección similar a otras variantes, mientras que la vacuna de Pfizer para KP.2 generaba mejores respuestas de anticuerpos, incluyendo a KP.3. “Si esto evoluciona más en otoño, ¿nos arrepentiremos de no haber estado un poco más cerca?”, planteó Marks, reverberando las dudas respecto a la decisión final de vacunación.
En comparación con variaciones previas del virus, la diferencia entre las cepas actuales, KP.2 y KP.3, es menor en magnitud. Las mutaciones de KP.3 sugieren una posible mejor capacidad para evadir la inmunidad preexistente. “Los virus tipo JN.1 y KP.2 están realmente uno encima del otro. Y el KP.3 está muy cerca, pero no absolutamente encima de él”, añadió Thornburg.
Con la presencia de la variante K.3, las autoridades de salud se mantienen en alerta y continúan ajustando sus estrategias de vigilancia y control, mientras que la comunidad médica se prepara para la temporada de vacunas de otoño.