REDACCIÓN.- Los bebés pueden reconocer y responder a las emociones transmitidas a través de la música, desde una edad temprana, muestran una notable sensibilidad a diferentes aspectos musicales como el tono, el ritmo y la melodía, y pueden discernir las emociones que estos elementos transmiten.
Un estudio actual evaluó la exposición musical en el hogar (incluido el canto de los padres) y el desarrollo del lenguaje en 64 bebés (de 8,5 a 18 meses).
Los arrullos, el susurro, las canciones, son actos comunicativos que tienen una importante carga afectiva, los ayuda a lidiar con un mundo complejo de sensaciones y estímulos.
La mayoría de las nanas son transmitidas de generación en generación “Arrorró mi niño, Arrorró mi sol, Arrorró pedazo, De mi corazón” y recopilan historias.
Los resultados mostraron que el ambiente musical en el hogar predecía significativamente el desarrollo de los gestos en bebés menores de 12 meses, tanto el canto de los padres como el entorno musical general del hogar predijeron significativamente la comprensión de palabras.
Estos hallazgos representan la primera demostración de que un ambiente musical enriquecido en la infancia puede promover el desarrollo de habilidades comunicativas.