SANTO DOMINGO, RD- En 24 horas Haití sería intervenido por un cuerpo armado extranjero que tiene la orden de neutralizar las pandillas y a los criminales.
La proximidad del despliegue ahonda las inquietudes, ¿facilitará la fuerza multinacional el orden social? ¿O seguirá corriendo la sangre inocente y terminará Haití de caer al vacío?
Han sido meses de espera a cuenta gotas, para el pueblo haitiano que sufre en carne viva una inagotable agenda de criminalidad y convulsión social.
El minado territorio está a punto de ser pisado por mil hombres armados provenientes de Kenia, quienes junto a soldados que de otros países serán la punta de lanza enviada por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), tras años de gritos de auxilio por parte del pueblo desangrado.
En la víspera del gran despliegue, peligrosos criminales como el líder pandillero haitiano Jimmy Cherizier, Barbecue, empezaron a condicionar la posibilidad de bajar sus armas.
El expolicía dijo que están dispuestos a permanecer en sus agujeros, permitir que se reanude la vida, que el país sea pacificado y quieren privilegiar el diálogo.
Este mensaje fue dirigido al nuevo primer ministro, Garry Conille, días después de que la Policía de Haití realizara un operativo contra su base en Delmas, Puerto Príncipe.
La misión multinacional a punto de instalarse en Haití fue aprobada en octubre por el Consejo de Seguridad de la ONU y de la que Estados Unidos es el principal apoyo financiero. Hubo retrasos debido a la oposición interna en Kenia.
De concretarse esta misión sería la quinta intervención en los últimos 110 años. La más reciente fue la misión de mantenimiento de paz de la ONU de 2004 a 2017, la se vio manchada de acusaciones de abuso sexual y de que fuerzas de paz de Nepal introdujeron el cólera en el río más grande de Haití.