Redacción Cultura.- Cuando se casaron el 4 de julio de 1999, David Beckham y Victoria Adams ya eran populares, él como futbolista y ella como cantante de las ‘Spice Girls’, pero 25 años más tarde no solo siguen siendo famosos, si no que forman una de las parejas más poderosas del mundo de las celebridades.
Tienen una fortuna conjunta de 455 millones de libras (unos 575 millones de dólares), según la lista de millonarios del diario The Times, y han sabido posicionarse en el mundo empresarial, él a través de inversiones deportivas y ella centrada en su firma de moda.
Una relación sólida que superó hasta una supuesta infidelidad del exfutbolista con la que fuera su asistente personal Rebecca Loos durante su etapa en el Real Madrid (2003-2004), una época de infelicidad para Victoria, como ella relató en un documental de Netflix estrenado el año pasado.
Pero la pareja nunca ha admitido ese desliz de Beckham ni otros de los que se hizo eco la prensa amarilla, como tampoco han salido al paso de los últimos rumores sobre una supuesta separación de hecho, una teoría que sostiene el periodista Tom Boyer en un libro publicado recientemente, ‘The House of Beckham’.
Se basa en el hecho de que David pasa cada vez más tiempo en Miami, donde está el equipo Inter Miami, del que es presidente, mientras Victoria reparte su tiempo entre Londres y Nueva York, por sus compromisos con sus marcas de moda y belleza.
Ajenos a los rumores, la pareja celebró el pasado mes de abril los 50 años de Victoria con una gran fiesta en Londres, en la que hasta hubo una reunión de las Spice Girls, que se lanzaron a cantar uno de sus temas más conocidos -‘Stop’-, momento que David inmortalizó en un vídeo que colgó en su cuenta de Instagram y que recibió casi un millón de ‘me gusta’.
“Best night ever!” (‘La mejor noche de mi vida’), afirmó la excantante en sus redes sociales, en las que cuelga de forma recurrente imágenes de felicidad junto a su marido y sus cuatro hijos -Brooklyn, Romeo, Cruz y Harper Seven-.
Una familia que comenzó con el nacimiento de Brooklyn cuatro meses antes de la boda de sus padres, que se celebró el 4 de julio de 1999 cuando David tenía 24 años y Victoria, 25.
Se casaron en el castillo Luttrellswtown, cerca de Dublín, ante unos 300 invitados, celebración que tuvo un coste de casi 800.000 dólares solo por el alquiler del espacio.
Fue la ‘boda del año’, según la prensa británica, que recogió todos los detalles de una fiesta cuya exclusiva fue vendida a la revista ‘OK!’ por 1,2 millones de dólares, todo un récord de la época.
La pareja no dejó nada al azar y hasta combinaron su trajes, de color champagne -el de ella un diseño de Vera Wang- y estética barroca típica de los años noventa, trajes que cambiaron por otros igual de sencillos en color morado, ambos combinados con la vestimenta de Brooklyn.
“Parecía una muy buena idea en ese momento”, dijo Victoria Beckham en una entrevista con Jimmy Fallon en 2021, en la que reconoció que “fue una ingenuidad” porque no sabían nada de moda y tan solo querían divertirse.
Unos estilismos que han ido desapareciendo del armario de la pareja, que a lo largo de los años ha refinado, y mucho, sus gustos en lo que a moda se refiere.
A la ceremonia propiamente dicha asistieron solo una treintena de familiares y amigos, pero en la fiesta posterior participaron numerosos rostros conocidos: Elton John, el resto de las Spice Girls -Geri Halliwell, Melanie Brown, Emma Bunton y Melanie Chisholm- o el equipo en pleno del Manchester United en el que entonces militaba el futbolista.
“Mi mayor logro en la vida son mis hijos, gracias @victoriabeckham por brindarme estas increíbles personas a quienes amar”, dijo recientemente en sus redes el exfutbolista.
Y con motivo del cumpleaños de David, el 2 de mayo, su mujer le felicitó con unas cariñosas palabras: “¡Me encanta que envejezcamos juntos! ¡No estás lejos de mí !!!! Eres nuestro todo!!!! El mejor papá y esposo”.