Redacción- La directora del Servicio Secreto estadounidense, Kimberly Cheatle, dimitió este martes tras las críticas suscitadas por los errores en la seguridad del mitin en Pensilvania en el que el expresidente Donald Trump sufrió un intento de asesinato.
Cheatle testificó ante el Comité de Supervisión de la Cámara de Representantes el lunes, poco más de una semana después de que un posible asesino, Thomas Crooks, intentara quitarle la vida a Trump en su mitin en Butler, Pensilvania, el 13 de julio.
Durante su mitin, Trump giró levemente la cabeza y estuvo a punto de alcanzar la bala disparada por el rifle AR-15 de Crooks, un sospechoso de 20 años, por apenas medio centímetro. La bala le dio en la parte superior de la oreja derecha. La bala mató al bombero, padre y esposo Corey Comperatore mientras protegía a su familia de los disparos, e hirió gravemente a otros dos.
Cheatle admitió bajo juramento que el Servicio Secreto «el 13 de julio fracasamos». «Como directora del Servicio Secreto de Estados Unidos, asumo toda la responsabilidad por cualquier fallo de seguridad de nuestra agencia», afirmó. «Debemos saber qué ocurrió y moveré cielo y tierra para asegurar que un incidente como el del 13 de julio no vuelva a ocurrir».
Cheatle agregó: «Nuestros agentes, oficiales y personal de apoyo entienden que todos los días se espera que sacrifiquemos nuestras vidas para ejecutar una misión que no falle».