Washington.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, dijo este miércoles que la “ambición personal” no podía anteponerse a “salvar” la democracia estadounidense, en lo que son sus primeras declaraciones para explicar la decisión de poner fin a su campaña de reelección.
“Creo que mi historial como presidente, mi liderazgo en el mundo y mi visión para el futuro de Estados Unidos, todo justificaría un segundo mandato, pero nada puede interponerse en el camino de salvar nuestra democracia. Eso incluye la ambición personal”, manifestó el mandatario en un avance del discurso que dará en unos minutos a la nación desde el Despacho Oval de la Casa Blanca.
“La defensa de la democracia es más importante que cualquier título”, dijo al inicio. “Saco fuerzas, y encuentro alegría, trabajando para el pueblo estadounidense. Pero esta sagrada tarea de perfeccionar nuestra unión no se trata de mí. Se trata de ustedes. De sus familias. De su futuro. Se trata de ‘Nosotros, el Pueblo’”, continuó.
Es por ello, agregó, que decidió bajarse de la carrera presidencial el pasado domingo, dejando el lugar para su vicepresidente, Kamala Harris. “He decidido que la mejor manera de avanzar es pasar la antorcha a una nueva generación. Es la mejor manera de unir a nuestra nación”, apuntó aunque destacó que “ha sido el privilegio de mi vida servir durante 50 años”.
Así, en los seis meses restantes, se enfocará “en seguir ejerciendo como presidente y en seguir trabajando para que Estados Unidos siga siendo fuerte”. “Creo que lo mejor para mi partido y para el país es que me retire y me centre únicamente en cumplir con mis obligaciones como Presidente durante el resto de mi mandato”, sumó.
Entre los temas a abordar en el futuro próximo mencionó la reducción de los costes para las familias trabajadoras, el crecimiento de la economía, la defensa de las libertades personales y los derechos civiles -desde el derecho al voto hasta el derecho a elegir- así como el fin de la guerra en Gaza, el rescate de los rehenes, el fracaso de Vladimir Putin en Ucrania y la fortaleza de la OTAN.
Asimismo, aprovechó para destacar algunos logros de su gestión, como haber construido “la economía más fuerte del mundo” con cerca de 16 millones de nuevos puestos de trabajo, una suba en los salarios, una baja de la inflación y “la brecha de riqueza racial más baja en los últimos 20 años”.
Nuevamente, demostró su apoyo a Harris, a quien agradeció por estar a la altura del anuncio y por comprometerse a continuar con esta “reconstrucción, literalmente, de toda nuestra nación”: “He tomado mi decisión, quiero dar las gracias a nuestra Vicepresidenta, es fuerte, es capaz, tiene experiencia”.
Por último, destacó que en unos meses, el pueblo irá a las urnas y elegirá entre “la unión y la división”. “Lo bueno de Estados Unidos es que aquí no gobiernan reyes ni dictadores. Gobierna el pueblo”, subrayó. Antes de cerrar, dijo con esperanza que “la historia está en sus manos, el poder está en sus manos, la idea de Estados Unidos está en sus manos”.
Si bien Harris ya alcanzó el apoyo de suficientes delegados demócratas para su nominación, lo cierto es que aún no ha sido formalmente elegida por el partido para ser la sustituta oficial.
Los principales interrogantes en la política estadounidense por estos días recaen en el desempeño que tendrá la funcionaria, que sería determinante no solo para el futuro del país sino también para la forma en la que Biden pueda ser recordado.
Ambos demócratas centran sus discursos en los éxitos de los últimos tres años -entre los que se encuentran una amplia legislación interna, la renovación de alianzas con países clave y la defensa de la democracia- alertando sobre “lo que se avecina” con la propuesta del republicano Donald Trump. Sin embargo, muchos temen que esto no sea suficiente para vencer a la contraparte y evitar un segundo mandato del rojo en la Casa Blanca, sobre todo por lo avanzado que está ya el calendario electoral, luego de que el Presidente se negara durante semanas a abandonar la carrera, incluso con la presión al interior de su círculo.
“Si ella (Harris) gana, se confirmará que él (Biden) hizo lo correcto para combatir la amenaza que constituye Trump y será visto como una leyenda en favor de la democracia. Pero si pierde, creo que habrá preguntas como ¿se retiró demasiado tarde? ¿El partido demócrata habría sido más efectivo si él hubiera dicho que no se postularía?”, explicó la historiadora presidencial y directora de la Biblioteca Presidencial George Washington, Lindsay Chervinsky.
En este contexto, el Presidente se dirigirá a los estadounidenses a las ocho de la noche (hora del Este de EEUU) y pronunciará un discurso elaborado por sus ghostwriters, cargado de realismo político y muestras de sus cincuenta años de victorias y derrotas en lo que respecta a su paso por la política nacional, que incluyen la caída de Richard Nixon, el ascenso de Ronald Reagan, el surgimiento de Barack Obama y, no menor, la irrupción de Trump.
Asimismo, mencionará cómo tomó la decisión de renunciar a la campaña, poniendo el foco en el sueño colectivo de un mejor país, que implica la continuidad de Harris, la primera mujer afroamericana que podría llegar a la Oficina Oval.
En ese sentido, en la carta difundida el domingo escribió que “ha sido el mayor honor de mi vida servir como su Presidente y, aunque ha sido mi intención buscar la reelección, creo que es en el mejor interés de mi partido y del país que me retire y me concentre únicamente en cumplir con mis deberes como Presidente durante el resto de mi mandato” y cerró: “Creo hoy lo que siempre he creído: que no hay nada que Estados Unidos no pueda hacer cuando lo hacemos juntos. Solo tenemos que recordar que somos los Estados Unidos de América”.