SAN CRISTÓBAL, RD.- A doce meses de la tragedia el comercio no logra levantar cabeza en calles perimetrales a la zona cero en San Cristóbal.
Algunos negociantes se han marchado, pero otros se mantienen firmes a esperas de que la zona recupere el esplendor económico.
Así lucen las calles que hasta hace un año conformaban una de las zonas comerciales más activas de San Cristóbal.
Con su estruendo, la explosión se llevó la estabilidad de más de una veintena de negocios en las intersecciones Padre Ayala, Francisco J Peinado y Doctor Brioso.
La más golpeada fue la tienda de textiles Casa Toledo, en un baño de la edificación se encontraron al menos 9 víctimas entre ellas la hija y esposa del propietario. Del reconocido comercio solo queda la huella.
Para algunos mantener sus puertas abiertas el único remedio ha sido endeudarse.
Y es que las ayudas del gobierno han sido un débil paliativo para los emprendedores.
Entre los comerciantes de San Cristóbal persiste el sentimiento de impotencia por la falta de respuestas sobre la investigación que encabeza el Ministerio Público, el temor colectivo es que prevalezca la impunidad.