REDACCIÓN.- Tos persistente, fiebre, sudores nocturnos, pérdida de peso inexplicable y debilidad son algunos de los síntomas más comunes de la tuberculosis, una enfermedad causada por el bacilo Mycobacterium tuberculosis (Mtb), que afecta principalmente a los pulmones, aunque puede comprometer otros órganos vitales como los riñones, la columna vertebral y el cerebro.
Ahora, nuevas investigaciones desafían las ideas convencionales sobre la biología del patógeno responsable de esta enfermedad, ya que científicos de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tufts, en Estados Unidos, identificaron que el Mtb mantiene una tasa de crecimiento constante durante todo su ciclo de vida, a diferencia de otras bacterias que muestran patrones exponenciales.
Este hallazgo, publicado en Nature Microbiology, sugiere que las estrategias de crecimiento atípico del bacilo contribuyen a su capacidad para evadir antibióticos y sistemas inmunitarios.
De acuerdo con este nuevo hallazgo, el Mtb logra mantener infecciones prolongadas en el organismo humano gracias a su crecimiento atípico y a su diversidad celular. Estas características generan descendientes con comportamientos distintos, lo que aumenta las probabilidades de tolerar antibióticos o escapar a la detección inmunitaria. Según el comunicado de la Universidad de Tufts, esta diversidad surge de estrategias de crecimiento que amplían las variaciones en las células hijas.
A diferencia de bacterias que crecen de manera uniforme, Mtb usa patrones alternativos, como el inicio del crecimiento desde polos opuestos o desde ambos extremos al mismo tiempo.
Estas estrategias potencian la heterogeneidad dentro de la población celular, refuerzan su resistencia a los tratamientos y facilitan la adaptación a diferentes condiciones dentro del organismo humano.
La OMS informa que el tratamiento estándar para la tuberculosis requiere varios meses de antibióticos y tiene éxito en el 85% de los pacientes, lo que deja un porcentaje significativo sin curarse. Los científicos atribuyen esta limitación a lagunas en la comprensión de la biología del bacilo.
“Las estrategias celulares de Mtb nos obligan a replantear la forma en que abordamos su tratamiento”, señaló Aldridge en el comunicado oficial.
El comportamiento de Mtb también influye en su capacidad para evadir las defensas inmunitarias. Otras bacterias activan respuestas rápidas del sistema inmunitario, pero la variabilidad que presenta este patógeno dificulta una detección eficaz. Este mecanismo, sumado a su lenta tasa de duplicación, crea condiciones ideales para la persistencia de la infección, lo que complica aún más su erradicación.
Implicaciones para la lucha contra la tuberculosis
La tuberculosis, que según la OMS causó 1,25 millones de muertes en 2023, representa un reto complejo para la salud pública global. A pesar de tratamientos eficaces, aún es la principal causa de muerte entre personas con VIH y una amenaza crítica debido a la resistencia a los antimicrobianos. En este contexto, los hallazgos sobre el crecimiento celular de Mtb abren posibilidades para desarrollar terapias más específicas.
El modelo lineal de crecimiento de Mtb explica cómo este patógeno persiste en condiciones de estrés severo, como las generadas por los antibióticos. “Comprender los mecanismos detrás de estas estrategias alternativas nos permitirá desarrollar herramientas terapéuticas más precisas”, destacó Aldridge.
El desarrollo de técnicas innovadoras permitió observar los patrones de crecimiento únicos de Mtb, a pesar de su lento tiempo de duplicación y tamaño reducido. Según Chung, “pasé tres años observando manualmente el comportamiento de células individuales, ya que son notoriamente pequeñas y difíciles de rastrear”. Estas investigaciones se realizaron en un laboratorio especializado de bioseguridad nivel 3, diseñado para manejar patógenos de alto riesgo.
“Los métodos tradicionales no bastan para estudiar la enorme diversidad de vida bacteriana que encontramos en los patógenos. Este trabajo demuestra cómo la innovación técnica puede abrir nuevas oportunidades terapéuticas”, concluyó Aldridge