Redacción.- Kobe Bryant, el mítico jugador de los Lakers, ganador de cinco campeonatos, un MVP, múltiples medallas con la selección estadounidense y considerado por la mayoría de los fanáticos del básquet el jugador más cercano al “GOAT”, Michael Jordan, murió en un accidente de helicóptero junto a su hija Gianna y siete personas más.
Ese día se rompió algo en el mundo. Personas que no veían básquet pero conocían a Kobe, como una persona que no ve fútbol pero conoce a Messi o Ronaldo, sintieron un vacío dentro de su cuerpo. Para los hinchas del baloncesto fue aún peor, todos estaban rogando que sea un error o una noticia falsa, pero no lo fue.
Kobe, Gianna y los demás pasajeros tenían que llegar a un partido de la Mamba Academy, la academia de Básquet que creó ya retirado el escolta por excelencia de los Lakers. El helicóptero estaba en excelentes condiciones y no debería haber habido ningún problema, pero… lo hubo. Nadie sabe cómo ni porqué el piloto del helicóptero perdió el control del mismo. Si fue una mala maniobra, un cambio brusco de ruta como en la Tragedia de los Andes o si tuvo algún problema de salud. Se estima que perdió el conocimiento y no supo discernir si estaba descendiendo o ascendiendo.
La aeronave cayó bruscamente en un descampado y se oyó una fuerte explosión. Así fue como oficiales y bomberos llegaron al lugar y se encontraron con una tragedia. 9 víctimas fatales.
No llegaron a pasar horas del accidente que los medios habían afirmado que Kobe Bryant estaba muerto. “Kobe Bryant was killed in a helicopter crash” (Kobe Bryant ha muerto en un choque de un helicóptero) decía la noticia del momento. Nadie la creía hasta que comenzaron a replicarla fuentes más verídicas aún. Adrian Wojnarowski y Shams Charania, los dos periodistas más reconocidos de la NBA hoy en día, confirmaban la muerte de la leyenda de los Lakers.
El básquet estaba de luto. Todos compartían imágenes y videos de Kobe. Todos compartían sus momentos preferidos; los 81 puntos, el 3-peat (3 campeonatos consecutivos) con Shaq en los 2000, los dos campeonatos de la mano de Gasol en 2009 y 2010 o su partido de despedida donde marcó 60 puntos e hizo los tiros ganadores ante Utah Jazz.
Lo que aún no se sabía era que Gianna había fallecido también.
Gigi, como le decían, era básicamente Kobe en el cuerpo de una niña. Era muy talentosa, algunos equipos de la WNBA, la liga femenina de la NBA, ya la estaban scouteando y tenía sólo 13 años. Era la mejor en sus equipos siempre, entrenaba todos los días con su padre que se había retirado hace sólo 4 años del básquet y estaba disfrutando de la vida de familia.
Días antes del accidente Kobe y Gianna fueron a ver el encuentro de los Lakers en el que LeBron James estaba muy cerca de pasar a Bryant en la lista de mayores anotadores de la historia de la NBA. Fue contra Dallas Mavericks, el equipo de la joven estrella Luka Dončić.
Kobe aprovechaba cada vez que Dončić pasaba cerca suyo para decirle algunas “malas palabras” en serbio. En una de esas pasadas, Dončić confundido le pregunta “¿Sabes serbio?” a lo que Kobe responde “Algunas malas palabras nomás” y ríen juntos. Eso era Kobe, un estudiante de todo. Sabía hablar español e italiano, aprendió a tocar una pieza entera de música clásica en el piano en sólo una noche y para él, todo era una competencia.
El 25 de enero del 2020, un día antes del accidente, Los Angeles Lakers visitaron a Philadelphia 76ers en un duelo difícil para el conjunto de dorado y violeta pero que tenía un propósito claro, hacer que James se convierta en el 3er mayor anotador de la historia de la liga americana. Y así fue. Los Lakers perdieron por más de 20, pero LeBron pasó a su amigo. El estadio de Philadelphia se inundó en aplausos. Además, esta era la ciudad de nacimiento de Kobe Bryant.
“Seguí haciendo que crezca el básquet, @KingJames. Mucho respeto mi hermano #33644” escribió Kobe felicitando a LeBron por el hito. Y ese fue el último mensaje que compartió en sus redes la Mamba. Fue a las 00:39 del 26 de enero. El día del accidente.
Kobe y Gigi se levantaron temprano para entrenar y luego emprender viaje hacia el partido de su academia en un torneo que se realizaba en Los Angeles. Nunca llegaron al partido.
La vida se llevó a una leyenda del básquet que por fin hacía la vida de familia y empresarial que tanto deseaba y a una joven talentosa que aspiraba hacer cosas grandes con el deporte.
El recuerdo de Kobe y Gianna quedará por siempre en todos los simpatizantes del deporte. Los fines de enero siempre serán los días de luto del básquet y el 8 y el 24, siempre serán los números de Kobe.
Cada tiro de un papel a la basura al grito de “Kobe!!” no iba a significar lo mismo nunca más.
Cada racha de puntos en un partido con una actitud de “killer”, iba a convertirse en “Mamba mentality” y cada logo de la marca Nike y el nombre de Kobe iba a significar hacer historia.