REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Al menos 17 personas han muerto en los últimos días por la ola de calor que afecta a Corea del Sur desde hace una semana, con sensación térmica superior a 35 grados en buena parte del país, según el balance publicado hoy por las autoridades.
Las autoridades meteorológicas surcoreanas advirtieron este lunes de que se espera que el mercurio exceda entre los 29 y los 35 grados Celsius en casi todo el territorio, con la sensación térmica real superando dicha barrera, por lo que están pidiendo precaución.
Los termómetros superaban los 30 en los primeros compases del día y en zonas urbanas como Seúl se experimentó una noche tropical.
La agencia meteorológica nacional ha advertido de que se espera que la ola de calor continúe en los próximos días y el mercurio podría aumentar más de dos grados el martes y el miércoles.
Cuatro de las víctimas tenían entre 70 y 90 años y fallecieron mientras trabajaban en instalaciones agrarias como invernaderos en la provincia de Gyeongsang del Norte, donde se han dado algunas de las temperaturas más elevadas.
Más de mil personas han tenido que ser atendidas por malestar o enfermedades relacionadas con el calor desde el pasado 20 de mayo, de los cuales unos 200 se reportaron en los últimos días, según datos publicados por el diario The Korea Herald.
Las autoridades han advertido también de la posibilidad de que se produzcan cortes de energía debido al aumento de la demanda electricidad en mitad de la ola de calor.
En el vecino Japón, la agencia meteorológica nacional mantiene desde hace días la alerta por altas temperatura en casi todo el archipiélago, con especial énfasis en la zona de Tokio y sus alrededores y el oeste del país, y este lunes emitió una nueva advertencia para la semana del 6 y el 14 de agosto.
Las autoridades están pidiendo a la población de edad avanzada que tenga especial cuidado después de hallar a una pareja muerta aparentemente por un golpe de calor en su domicilio de Tokio, donde el aire acondicionado estaba apagado cuando fueron hallados por un trabajador social que se había acercado a visitarlos.