Islamabad.- Al menos 27 personas murieron y otras 146 resultaron heridas en Pakistán después de que intensas lluvias y fuertes vientos causaran estragos en la provincia noroccidental de Khyber Pakhtunkhwa, en el noroeste del país, según informaron este domingo las autoridades locales.
«Más de 27 personas murieron y 146 resultaron heridas en (los distritos de) Lakki Marwat, Karak y Bannu debido a los fuertes vientos y las intensas lluvias», dijo la Autoridad Provincial de Gestión de Desastres (PDMA) en un comunicado.
Las víctimas se produjeron a causa del derrumbe de viviendas y muros en la provincia, donde se desplomaron arboles y la caida de torres de alta tensión dejó muchas zonas sin electricidad.
El PDMA agregó que alrededor de 69 viviendas resultaron total o parcialmente dañadas, mientras que «se están tomando medidas para garantizar el suministro de materiales de socorro a las víctimas”.
Las autoridades siguen evaluando el alcance de los daños, por lo que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas.
Estas fuertes lluvias se producen en un momento en el que la costa sur de Pakistán está en alerta por la llegada del ciclón Biparjoy, de categoría «extremadamente severa», y que previsiblemente tocará tierra el día 15 entre la ciudad de Karachi, en la provincia de Sindh, y la costa occidental de la India.
Sin embargo, sus efectos empezarán a sentirse desde la tarde/noche del día 13 con la llegada de vientos de entre 60 y 80 kilómetros por hora, fuertes lluvias y tormentas eléctricas, según informó el Departamento de Meteorología de Pakistán en su último boletín.
Pakistán sufrió entre junio y octubre del pasado año las peores inundaciones desde 2010, que causaron la muerte de 1.700 personas y un millón de cabezas de ganado, ocho millones de desplazados y afectaron en total a 33 millones de habitantes, la séptima parte de la población del quinto país más poblado del mundo.
Unos daños que, según organismos internacionales, requieren la donación de unos 16.300 millones de dólares en los tres próximos años para ayudar a la reconstrucción de este país asiático, que actualmente atraviesa una fuerte crisis económica.