Redacción. ― Las copiosas lluvias que ha dejado la borrasca Kirk a su paso por Francia, superior a la precipitación de un mes, entrañan un riesgo de crecidas en los próximos días, lo que incluye París y en particular en el valle de Grand Morin, a decenas de kilómetros al este de la ciudad. También dejó inundaciones en varias localidades.
El servicio de vigilancia por crecidas Vigicrues ha decretado la alerta roja en el curso de ese río, que desemboca después en el Marne, que a su vez desemboca en el Sena, justo antes de París.
La capital francesa está atenta a lo que pueda ocurrir en las próximas horas. Las autoridades dijeron que, hasta ahora, es una “crecida moderada pero inhabitual para la temporada”.
En su sitio internet, Vigicrues explicó este jueves que el pico de la crecida se va ir desplazando progresivamente en la zona de Meilleray, luego en Pommeuse (donde ya se ha superado una altura de 3,5 metros), y que el nivel del agua podría superar los de las pasadas inundaciones allí de 2016.
En el río Marne, en alerta naranja, la subida de las aguas se va a producir durante la jornada de hoy en la zona de Chateau Thierry y Condé, debería continuar en el sector de Gournay al menos hasta este viernes a la noche con la posibilidad de “desbordamientos importantes”.
En París, el Sena, que ya subió de nivel el miércoles y jueves, volverá a hacerlo todavía más este viernes, lo que va a dar lugar a una “crecida moderada pero inhabitual para la temporada”.
Jean-Marie Coulomb, uno de los responsables de la vigilancia y previsión de Vigicrues, señaló este jueves en declaraciones a la emisora France Info que con las aportaciones del Grand Morin, se van a vivir “desbordamientos” en el Sena “en los próximos días”.
En París, el miércoles cayeron 70 litros por metro cuadrado de lluvia y algunos más en diferentes puntos de la región.
Las lluvias en la región de la Costa Azul alcanzaron el miércoles 137 litros en Peira-Cava, 120,5 en Moulinet o 100,7 en Tende.
En las proximidades de los Pirineos, Kirk trajo también fuertes vientos, como los 120 kilómetros por hora registrados en Socoa, en el País Vasco, 110 en la ciudad de Pau o 100 en Oloron Saint Marie.
En la fachada mediterránea, una persona murió en Sète y otra resultó herida muy grave por el hundimiento de barcos de recreo que se hicieron al mar a pesar de las advertencias de las autoridades para evitar salidas con el mal tiempo.