REDACCIÓN INTERNACIONAL.- Johnny Depp y Amber Heard llegaron a un acuerdo para reducir las indemnizaciones derivadas del mediático juicio por difamación en el que se enfrentaron el pasado mes de junio.
A la intérprete se le ordenó pagar 10 millones de dólares a su exmarido en relación con las acusaciones que hizo contra él a través de un artículo publicado hace cuatro años en el Washington Post, en el que se describía a sí misma como víctima de la violencia doméstica. Por su parte, el actor de Hollywood fue forzado a pagar a la actriz estadounidense dos millones de dólares por las declaraciones injuriosas que había hecho acerca del supuesto maltrato psicológico al que le sometió durante su breve matrimonio.
Finalmente, los abogados de ambos negociaron estos días un cierre menos costoso para el conflicto. La intérprete solo tendrá que abonar un millón de dólares al que fuera protagonista de ‘Piratas del Caribe’, y para ello recurrirá a su póliza de seguro. De esta forma, termina oficialmente uno de los enfrentamientos legales más polémicos en la historia reciente de Hollywood, uno que llevó a la opinión pública a posicionarse entre los que opinan que Johnny Depp ha sido objeto de una cacería de brujas por parte del feminismo más radical, y quienes culpan al machismo imperante como el principal factor que llevó al jurado a menospreciar el testimonio de una mujer oprimida por su ex marido.
La artista texana, quien vendió su mansión de Los Ángeles para hacer frente a la orden de pago y se mudó posteriormente a la isla de Mallorca, usó su cuenta de Instagram para poner de manifiesto que el acuerdo económico no le satisface ni supone un alivio moral para ella.
Amber Heard sostiene que la traumática experiencia vivida durante su año y medio de matrimonio no fue abordada con la necesaria seriedad por parte del jurado, hasta el punto de que afirma haber «perdido toda esperanza en el sistema judicial» de su país.
«Esto no fue un acto de concesión. No hay restricciones ni mordazas con respecto al uso de mi voz en el futuro. He tomado esta decisión después de haber perdido toda esperanza en el sistema judicial de Estados Unidos, que hizo de mi testimonio munición para la industria del entretenimiento y las redes sociales», escrbió sobre las críticas y burlas que sufrió durante el periodo de vistas orales, que apuntaban a la supuesta falsedad de sus expresiones faciales. «Fui expuesta a un tipo de humillación que simplemente no puedo revivir. Las abundantes pruebas que corroboraban mi testimonio, la razón y las garantías procesales, fueron excluidas en favor de la popularidad y el poder», señaló.
Asimismo, la actriz recordó que, ante un caso similar, la justicia del Reino Unido se mostró favorable a sus pretensiones, ya que el diario The Sun fue absuelto después de que Depp interpusiera una demanda contra el medio por referirse a él como un maltratador de esposas en uno de sus artículos. «Cuando me presenté frente a un juez en Reino Unido, fui reivindicada por un sistema justo, imparcial y robusto, que me protegió y evitó que expusiera en público los peores extractos de mi declaración. La corte determinó que había sido víctima de violencia sexual y doméstica», argumentó.