REDACCIÓN INTERNACION.- El jefe de estación de la ciudad griega de Larissa fue detenido, tras un choque frontal entre un tren de pasajeros y otro de carga a las afueras de una localidad cercana, en el que al menos 36 personas murieron y unas 130 resultaron heridas.
Un comunicado policial sólo identificaba al sospechoso como un hombre de 59 años. Otras dos personas habían sido detenidas para ser interrogadas. La causa del siniestro no estaba clara en un primer momento.
Los rescatistas buscaban sobrevivientes entre los restos retorcidos y humeantes antes del amanecer del miércoles. Lo que parecía ser el tercer vagón del tren de pasajeros se veía sobre los restos destruidos de los dos primeros.
Varios vagones descarrilaron y al menos tres se incendiaron tras la colisión ocurrida antes de la medianoche del martes cerca de la localidad de Tempe.
Muchos de los aproximadamente 350 pasajeros eran estudiantes.
“Esta es una tragedia terrible que resulta difícil de comprender”, dijo la viceministra griega de Salud, Mina Gaga. “Lo lamento muchísimo por los padres de estos chicos”.