REDACCIÓN- Ascendió a más de 41.000 las víctimas del terremoto del 6 de febrero en Turquía y Siria, según los recuentos oficiales actualizados, mientras Naciones Unidas solicitó 1.000 millones de dólares para afrontar la creciente crisis humanitaria.
Tras once días después del terremoto, los rescatistas lograron extraer de los escombros a una adolescente de 17 años.
Muchos en las zonas afectadas enfrentan una emergencia paralela conforme tratan de recoger sus pertenencias en medio del frío extremo, sin comida, agua o sanitarios, aumentando las posibilidades de que el desastre escale por cuenta de las enfermedades.
Ankara suspendió las labores de rescate en algunas regiones. El gobierno de Siria tomó la misma medida en las zonas que están bajo su control.