Redacción.- La Policía de Ecuador anunció que Brigitte García, alcaldesa de la ciudad costera de San Vicente, en la provincia de Manabí, fue asesinada.
El crimen tuvo lugar en medio del estado de excepción que rige en Ecuador desde enero, cuando se produjo una arremetida del narcotráfico que dejó una veintena de muertos, explosiones en calles, secuestros de funcionarios carcelarios y la toma armada de un canal de televisión que transmitía en vivo.
Añadió que unidades especializadas de la institución realizan al momento investigaciones para “establecer la modalidad y móvil del hecho”.
Según informaciones de medios digitales, la otra persona encontrada sin vida corresponde a Jairo Loor, director de Comunicación del Municipio de San Vicente.
Brigitte García, de 27 años, era considerada la alcaldesa más joven del país y era militante del movimiento Revolución Ciudadana, que lidera el expresidente Rafael Correa (2007-2017).
En agosto del año pasado el candidato presidencial Fernando Villavicencio fue baleado cuando salía de un encuentro con simpatizantes. Él había denunciado amenazas de parte del líder de una banda narco. Meses antes también fue asesinado a tiros el alcalde de la costera ciudad de Manta (suroeste), Agustín Intriago.
Además de los políticos, fiscales también han sido víctimas de la violencia. El caso más reciente fue el asesinato en Guayaquil de César Suárez, quien investigaba a la esposa del traficante fugado Fito.
Desde enero cuando se declaró el estado de excepción, la fuerza pública ha realizado cerca de 165.000 operativos, ha realizado más de 12.000 detenciones, abatió a 15 personas consideradas “terroristas” y ha decomisado unas 65 toneladas de droga, según un balance del Ejecutivo.
Ubicado en medio de Colombia y Perú, los mayores productores de cocaína del mundo, Ecuador se ha convertido en un centro logístico para el envío de droga hacia Estados Unidos y Europa.
Asociadas con carteles mexicanos y colombianos, bandas criminales ecuatorianas se disputan a muerte rutas para el tráfico y el poder en las cárceles, donde han muerto unos 460 reclusos desde 2021.