Redacción.- El atún en conserva es uno de los productos más comunes y prácticos que se pueden encontrar en las despensas de muchas casas. A menudo, se asocia con platos rápidos como ensaladas, pastas o sándwiches, pero este alimento no solo se destaca por su versatilidad, sino por su impresionante perfil nutricional.
Consumido con moderación, el atún puede ser un aliado en una dieta saludable debido a su aporte de proteínas de alto valor biológico, ácidos grasos, omega-3, vitaminas y minerales esenciales. Sin embargo, como sucede con muchos otros productos, es importante conocer tanto sus beneficios como sus posibles riesgos.
Aporte de proteínas y ácidos grasos omega-3
Uno de los principales beneficios del atún es su alto contenido proteico. Este pescado es una excelente fuente de proteínas de alta calidad, que proporcionan todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita para funciones vitales como la reparación muscular, el crecimiento y el desarrollo de los niños y adolescentes.
Según la Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos (MedlinePlus), el atún es especialmente valioso por su alto contenido de ácidos grasos omega-3, un tipo de grasa poliinsaturada que se encuentra en abundancia en los pescados grasos.
Estos ácidos grasos son fundamentales para la salud cerebral y el funcionamiento neuronal. Además, ayudan a mantener el corazón sano, ya que los omega-3 contribuyen a reducir los niveles de triglicéridos en la sangre, la presión arterial y mejoran la elasticidad de las arterias, lo que disminuye el riesgo de enfermedades cardiovasculares, como el infarto de miocardio y el accidente cerebrovascular.
Un estudio de Mayo Clinic, una entidad sin ánimo de lucro dedicada a la práctica clínica y la investigación médica, confirma que consumir una o dos porciones de pescado rico en omega-3 por semana puede ayudar a reducir el riesgo de muerte súbita cardíaca.
Vitaminas y minerales esenciales
El atún también es rico en vitaminas liposolubles como A y la D, que son esenciales para la salud ocular, cutánea y ósea. La vitamina A juega un papel crucial en la prevención de la degeneración macular asociada a la edad, una de las principales causas de ceguera en personas mayores. También es esencial para mantener una buena visión nocturna y para el funcionamiento adecuado del sistema inmunitario.
Por otro lado, la vitamina D, que el atún proporciona en grandes cantidades, es fundamental para la absorción de calcio y fósforo, minerales que favorecen la salud de los huesos y los dientes. La deficiencia de esta vitamina puede llevar a enfermedades como el raquitismo en niños y la osteoporosis en adultos. La incorporación de atún en la dieta, por lo tanto, podría ayudar a prevenir estas afecciones.
A nivel de minerales, aporta selenio, un potente antioxidante que protege a las células del daño causado por los radicales libres, lo que contribuye a prevenir el envejecimiento celular y reduce el riesgo de enfermedades como el cáncer. El selenio también favorece el funcionamiento adecuado del sistema inmunológico y de la glándula tiroides, valiosos para el metabolismo y la salud general del organismo.
Efectos adversos: consumo responsable
Aunque los beneficios del atún son evidentes, su consumo debe ser moderado debido a ciertos riesgos. Uno de los principales inconvenientes del atún es su contenido de mercurio, un metal pesado presente en muchos peces grandes. El mercurio puede acumularse en el organismo y causar toxicidad, lo que lleva a síntomas como irritabilidad, falta de concentración, debilidad muscular e insomnio.
Según datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud (OMS), el atún puede contener hasta 15 microgramos de mercurio por lata, mientras que la cantidad recomendada para un adulto es de aproximadamente 110 microgramos por semana. Por lo tanto, las autoridades sanitarias recomiendan limitar el consumo en mujeres embarazadas, en período de lactancia y en niños pequeños, quienes son más vulnerables a los efectos tóxicos del mercurio.
Una alternativa para quienes desean disfrutar de los beneficios del atún sin los riesgos asociados al mercurio es optar por otras especies de pescado con menor concentración de este metal, como el salmón, la sardina o el lenguado. Estas opciones también ofrecen grandes beneficios nutricionales sin los mismos riesgos.