WASHINGTON.- El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ordenará este jueves la liberación de un millón de barriles de petróleo al día durante los próximos seis meses para responder a la escalada de precios de la energía derivada de la guerra en Ucrania.
La Casa Blanca adelantó en un comunicado el anuncio del mandatario, que tiene previsto ofrecer detalles de esta medida en una comparecencia a las 13.30 hora local (17.30 GMT).
Por ejemplo, las tapas muchas veces «tienen otro plástico» que no se puede usar, «hay que separarlo manualmente», y «el tema del reciclaje es que uno no puede mezclar plásticos».
«Toca separar por colores, tiene un proceso manual muy complejo (…) y esto (el proceso Sajú) simplemente lo que hace es agregarle valor a un material que, además, es muy barato (nuevo)», añade.
Al final, «consumir más plástico o hacer algo con el que ya tenemos es una decisión personal con la que mucha gente está alineada» aunque haya «que pagar un poquito más. Nosotros, por ejemplo, tenemos un sobrecosto (al fabricar las gafas de esta manera), pero entendemos que es parte del proceso de hacer las cosas bien».
EL ORIGEN DEL MONO
Los tres socios de este proyecto arrancaron cuando estaban en la universidad y, tras pasar una temporada de intercambio fuera, volvieron a Colombia con los populares cuelga gafas que en Europa vivieron su apogeo hace unos años.
Entonces, un compañero de clase les preguntó si los iban a vender y, sin pensárselo dos veces, le aseguraron que en 15 días tendría su propio cuelga gafas. De ahí salió el nombre de la empresa, porque «lo que queríamos era hacer cuelga gafas divertidos, que la gente se los pudiera colgar y le quedaran las manos libres para hacer lo que quisiera», explica.
Ese fue el inicio de una aventura que les ha llevado por la ruta de la sostenibilidad, y después de lanzar su primera colección de gafas hace un año, recientemente abrieron su primera tienda en Bogotá, donde uno va con su propio plástico para crear las suyas.
EL FUTURO DEL MONO
Sajú cuenta además con una variedad de productos como los cuelga gafas, a los que llaman «colas del mono«, pero también unos llaveros de un mono que guarda en su interior un limpiagafas o pines metálicos que se ponen en la ropa para sujetarlas.
Otra peculiaridad de la tienda son los «swaps«, un concepto desarrollado para dar la posibilidad a los clientes de cambiar sus gafas hasta tres veces al año.
Cuando uno diseña por primera vez sus gafas, puede comprar estos vales que van desde los 39.000 hasta los 79.000 pesos colombianos (de 10,4 a 21 dólares/de 9,30 a 18 euros) y cuando desee puede llevarlas al local, donde «escogen de nuevo una mezcla y tienen unas gafas nuevas en 20 minutos».
Tras el éxito de la tienda, Sajú ya busca expandirse y abrir otra en Medellín y entre sus planes está aterrizar en Ciudad de México o Montevideo, mirando hacia «América Latina, que es nuestra zona de confort», adelanta Pradilla.